La escritura maldita del maestro JULIÁN IBÁÑEZ te envuelve como una droga, no puedes dejar de leerla. Las escasas setenta y siete páginas te llevan al éxtasis. La novela es corta pero densa, narra la dureza del paisaje y de la gente, con una prodigiosa economía de medios. Es un auténtico genio de la novela negra.
Su inmortal personaje, BELLÓN, sigue viviendo y buscándose la vida en Móstoles. Sin comerlo ni beberlo se verá implicado en varios frentes a la vez, en donde se jugará literalmente la vida. De hecho, le deberá la vida a TEO.
"Disparó al quinqui a sangre fría, no fue autodefensa. Le disparó porque sí. El chaval se había rendido levantando las manos y había dicho vale. Pero TEO le disparó porque sí. Como si hiciera lo mismo todos los días. No apretó el gatillo como un robot, tampoco como una diversión. No lo hizo con regodeo, lo había hecho como alguien meticuloso, perfeccionista, alguien orgulloso de hacer bien su trabajo"(383).
Una mujer aparentemente inocente, MARCELA SAN EMETERIO, engaña a diestro y siniestro. A unos le debe mucho dinero; a otros, les tiende una trampa que puede terminar con sus vidas: y por último, se alía con la policía. "Había engañado a los quinquis, a mí también, porque le gustaba engañar,
se creía con derecho a hacerlo, y pensaba que estaba a salvo porque un
madero le deshacía la cama. Y se creía muy lista"(417-418).
Cada día más viejo, BELLÓN, llegará a pasar miedo por primera vez en su vida. Pero no va a perdonar a sus deudores. "Fui a ver a BUEN PASTOR. Tenía que soltarme el resto de la pasta. Y un par de billetes más, el encargo era de mucha mayor entidad de lo que me dijo. En realidad me había engañado, no me había dicho la verdad. De mucha mayor entidad. Era peligroso y no me lo había advertido"(385).
Nadie mejor que JULIÁN IBÁÑEZ describe el mundo de la noche madrileña. Se convierte en un imprescindible. Ritmo, imaginación, diversión y personalidad del que lisa y llanamente es el mejor escritor de novela negra de este país.
Personajes:
Agustina: prostituta.
Alegría: prostituta.
Alfredo: propietario del bar Zamorano.
Alina: prostituta amiga de Bellón.
Amara: prostituta negra.
Amelia: una de las secretarias en la comisaría de la calle Granada.
Azucena: policía para la que trabajó Bellón muchos años. Fueron más que amigos.
Berenice: prostituta quinqui.
Boni: especie de hermano gemelo de Peligro.
Budi: conocido de Bellón que trabaja en el Florida.
Cuca: prostituta conocida de Bellón.
Daniela: amiga de Bellón.
Ducati: conocido de Bellón encarcelado, un puto pervertido.
Elvira: copropietaria del Menta y Canela.
Emi: prostituta búlgara.
Emilio: el frutero a quien ayuda Bellón a descargar la camioneta.
Faustina: amiga de Bellón del mercado de abastos.
Froilán: copropietario del Menta y Canela.
Gabrielli: hermano de Berenice asesinado.Goyo: buscavidas conocido de Bellón.
Javier: joyero propietario de El jardín del Deseo.
Jerónimo: atracador amigo de Bellón.
Jesusa: amiga de Bellón del mercado de abastos. Parienta de Marcial.
Kilín: vecino de Bellón en la pensión donde vive.
Kubala: policía de ojos azules.
Lola: señora que contrata a Bellón algunas veces.
Maca: un chuloputas.
Marcela San Emeterio ("Buen Pastor"): propietaria de una tienda de objetos religiosos.
Marcial: un buen tipo, amigo de Bellón que tiene un puesto de frutas y verduras.
Marisa: dependienta de El jardín del Deseo y amante de Javier.
Martina: camarera de la cafetería Don Jerónimo. Mantiene una relación con Bellón.
Maruja: trabaja en el bar del mercado.
Mateo: conocido del Menta y Canela.
Mauri: propietario del Gisela.
Muelas: chuloputas.
Peligro: conductor en atracos.
Portugués: jugador que arriesga sus buenos dineros.
Puita: prostituta, amiga de Berenice, joven y con el culo por las estrellas.
Rambal: uno de los quinquis que participó en la pelea mortal.
Raúl: propietario del bar Zamorano.
Remigio: el chatarrero.
Remy: mariquita encargado del puticlub Calipso.
Solón: jefe de los quinquis, de uno noventa y con mucha masa muscular.
Sordo (Rafael): policía de la Unidad de Atracos al que informa Bellón.
Tellado: un buscavidas conocido de Bellón.
Teo: marido de la camarera Martina. Apodado "Drácula". Fue conserje de un instituto hasta que se peleó con el director rompiéndole un brazo.
Frases lúcidas:
* "Le dije que entonces no era lo mío, que los cojones los había perdido y no los encontraba"(356).
* "Tengo carnet, pero nada más. Si un día los encuentro, los cojones, te avisaré"(357).
* "Los madrugadores se preparaban para currar, para dejarse un pedacito de su vida sentados en una silla delante de un ordenador, o subidos a un andamio. Quizás el próximo día les tocará hacer lo mismo, y quizás también el otro, y el otro, dudando de si volver a la silla o al andamio, o sentarse en medio de la acera, con dos chaquetas y la botella en la mano"(370).
* "Los perdedores son un mal negocio para todo, traen problemas"(375-376).
* "Me miraba con los labios apretados y con esa sonrisa especial cuando solo sonríes para tí mismo, como si acabaras de cerrar todas las puertas y te sintieras inexpugnable"(386).
* "A los gitanos les daba igual que tuvieras amigos policías o ministros; a los quinquis, no. Eso les diferenciaba, entre otras cosas, de los gitanos; a los quinquis les quedan unas gotas de sangre paya, unas gotas de ideas payas que les envenena la sangre"(401).
* "Era de esas personas que ahorran palabras como si cada letra en sus labios fuera una pepita de oro"(427).


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