ENHORABUENA a ADRIÁN y a su FAMILIA por la merecida INSIGNIA DE ORO DE SANLÚCAR. Su mamá me recordó que fui su tutor de primero de primaria en el colegio ALBAICÍN. ¡Qué orgullo haber sido su maestro y que ahora esté salvando tantas vidas como investigador científico. UN MILLÓN DE GRACIAS, ADRIÁN.
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