Hemos olvidado que la inactividad, que no produce nada, constituye una forma intensa y esplendorosa de la vida.
Solo en la inactividad divisamos la verdad.
La decidida voluntad de saber no alcanza lo más íntimo y profundo de la vida.
La reconciliación entre el ser humano y la naturaleza es el fin último de la política de la inactividad. SALUD.
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