El naufragio este martes del pesquero gallego Villa de Pitanxo poco antes de las seis de la madrugada (hora peninsular española) en aguas de Terranova, una isla en la costa noreste de Canadá, deja por el momento siete muertos, tres rescatados y 14 desaparecidos, según ha confirmado el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, a las puertas de la sede del PP en Madrid. En el buque, con base en Marín (Pontevedra) y propiedad del armador gallego Manuel Nores —propietario del grupo Nores—, viajaban 24 marineros, de los cuales 16 son españoles, cinco peruanos y tres ghaneses. La Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo (ARVI), a la que pertenece el grupo Nores, todavía no ha dado una cifra de fallecidos por el hundimiento del barco, construido en 2004, y cuya tripulación es de varias localidades de Galicia, como Marín, Cangas, Bueu y Moaña, ambas en la comarca de O Morrazo (Pontevedra). Los familiares de los marinos han comenzado a llegar a primera hora de esta tarde a la sede del grupo Nores, en Marín, para exigir explicaciones sobre el estado de sus familiares a los dueños de la compañía. Por el momento, también se desconocen las causas del naufragio, que ha ocurrido a 450 kilómetros al este-sureste de Terranova.
La subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, ha anunciado la noticia poco después del mediodía. Larriba ha informado de que los equipos de rescate habían avistado cuatro balsas salvavidas —aunque en estos barcos lo normal es que haya solo dos— y accedido a dos de ellas. “En una [había] solo tres supervivientes en estado de shock hipotérmico porque la temperatura del agua en este momento es terrible, muy baja”, ha asegurado Larriba, quien ha añadido: “Nos han informado de que hay cadáveres”. La situación en la zona no ayuda a las labores de rescate de las autoridades canadienses, dado que hay viento, mala mar y visibilidad reducida. El Centro Conjunto de Coordinación de Operaciones de Rescate de las Fuerzas Armadas de Canadá (JRCC, por sus siglas en inglés) ha enviado al lugar un helicóptero, un avión y varios buques para tratar de ayudar con la búsqueda.
Fuentes del Centro Nacional de Coordinación de Salvamento Marítimo han confirmado que el Villa de Pitanxo emitió dos alertas a las 5.24 de la madrugada, pero a pesar de que las autoridades intentaron contactar con ellos en varias ocasiones, nadie respondió. La señal de la caja azul del barco —el sistema de posicionamiento, que se comunica con la estación que lleva el seguimiento del buque, muy parecida a la caja negra que utilizan los aviones— se perdió poco antes de las seis de la madrugada, según la Subdelegación del Gobierno de Pontevedra. Las autoridades movilizaron entonces a dos buques próximos para acercarse a la zona y comprobar el estado del navío: uno español, el Playa Menduiña Dos, y otro portugués, el Novo Virgem da Barca. Los cuatro primeros cadáveres fueron localizados en una de las balsas salvavidas. Después, el Playa Menduiña Dos halló otros dos cuerpos sin vida en el mar. Feijóo ha anunciado después que los servicios de rescate han encontrado a otra de las víctimas.
Con el paso de las horas y ante la falta de una confirmación oficial sobre el balance de la tragedia del buque congelador gallego, familiares de las víctimas se han dirigido a la sede del grupo Nores en la zona portuaria de Marín, donde la empresa armadora tiene sus oficinas, a la espera de noticias sobre el naufragio y para confirmar el estado de los tripulantes. “No nos dan información y esto es un sinvivir”, comenta la tía de uno de los marineros a las puertas de la empresa armadora, a la espera de noticias de su sobrino Jonathan Calderón, de 39 años.
El barco estaba a punto de regresar a Marín porque los oficiales ya daban por terminada la marea. Entre los supervivientes se encuentra el patrón del buque, Juan Costa, que pudo informar a su familia de que está sano y salvo. Oriundo de Cangas (Pontevedra), el capitán también ha confirmado que su sobrino Eduardo es otro de los que han logrado sobrevivir. Un portavoz de la empresa armadora Nores ha confirmado a EL PAÍS que están trabajando intensamente para poder facilitar esta tarde un comunicado oficial. “Las noticias nos han ido llegando a cuentagotas y muy confusas, incluso en muchos momentos contradictorias, por eso hay que esperar a tener todos los datos, porque es información delicada que afecta a muchas familias”, ha comentado.
(EL PAÍS)
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