Desde 1750 hasta 1770, cada jueves y cada domingo, en la rue Royale Saint-Roch de París, un grupo de amigos se reunían para conversar y discutir sobre lo humano y lo divino, entre copiosas comidas y buenos vinos. ¿Existe mejor dedicación?
El anfitrión era el Barón d´Holbac y su "Dream Team" tuvo estrellas tan importantes como Denis Diderot, David Hume, Adam Smith, Horace Walpole, Laurence Sterne, Benjamin Franklin, Cesare Beccaria, Ferdinando Galiani,..., hasta Jean- Jacques Rousseau - quien después se opuso a sus amigos -.
Llegaron a representar la Ilustración más radical, más peligrosa para los poderes fácticos.
Pero precisamente los poderes fácticos escogen la "ruta filosófica" que justifica su posición, denostando y mandando al olvido a sus "enemigos". Y eso sucedió con este grupo de "gente peligrosa".
El siglo XIX privilegió pensamientos que justificaran los valores burgueses predominantes. Se celebró la razón y se ocultó, hasta que su explosión fue inevitable, lo científico. La aventura colonial y la revolución industrial requerían un mapa de ideas moderado con la fe para preservar la unión de curas y magistrados que dominaba el cuerpo social. Asimismo ello conllevaba usar con fuerza la llave que cerraba los instintos oscuros en una región remota, prohibida por imperativo. Kant y Voltaire combinados con Rousseau eran la fórmula perfecta, la matemática de ostracismo para dos hombres avanzados a su época: Denis Diderot y el Barón d’Holbach.
Philipp Blom vuelve sobre los pasos y el destino de los integrantes de este excepcional grupo de amigos, y devuelve la vida a sus subversivas ideas. Cuatrocientas cuarenta y tres páginas, divididas en cuatro bloques y dieciocho capítulos, a saber:
* PADRES E HIJOS ( La Ciudad de las Luces, Viajes, "Encyclopédie": grandes ambiciones, Chez Monsieur D´Holbach, Audacia, "El cristianismo desenmascarado" y "Sólo el hombre malo vive solo" )
* MÁQUINAS MARAVILLOSAS ( "Le bon David", Una filosofía natural, Los jeques de la rue Royale, Grandval y El Oso )
* LA ISLA DEL AMOR ( Crimen y castigo, El perro más ingrato del mundo, Fama y destino, La emperatriz y el rey de la "galette", Sexo en el paraíso y Cincuenta sacerdotes contratados )
* EPÍLOGO: UNA REVOLUCIÓN ROBADA
Son mentes brillantes, llena de ingenio, de valor y de humanidad, cuyo pensamiento creó una Ilustración radical y diferente, basada en el ateísmo, la pasión, la empatía, y una visión de la sociedad de una suprema agudeza. Eran los herederos definitivos de una tradición que renunciaba a Dios con miedo. Sus padres fueron Lucrecio, Spinoza y Jean Meslier, un coadjutor de un pueblucho francés de las Ardenas que en su Testamento comparó el orden establecido con el mito de la caverna platónica. Los hombres son seres felices, súbditos de un Dios que les hace andar por la tierra con los ojos vendados hasta que alguien les arranca el obstáculo para la claridad. La adoración es un abuso y una ilusión que parte de una invención humana para controlar a los mortales.
Pero la Historia la escriben los vencedores. El siglo XIX y su capitalismo clamaban por un culto que elevara lo racional a los altares. Lo exigía la industrialización y la planificación de la sociedad hasta llegar al paroxismo nazi del asesinato en masa organizado. La productividad y el control se impusieron. La dignidad humana y la libertad, bastiones del Salón de la "gente peligrosa", no estaban en la agenda de prioridades, como tampoco lo está hoy en día. Enterrar las voces "más peligrosas" y olvidarlas para siempre es el desideratum del poder económico.
"Dejamos realmente de existir para vivir en su recuerdo", había escrito Diderot acerca de aquellos que vendrían después de él. El philosophe pensaba que la inmortalidad sólo era una "quimera de las grandes almas", y, sin embargo, es real, existe en la mente de todos los lectores que se han sentido y aún siguen sintiéndose atraídos por sus discusiones, los que comparten sus temores, su entusiasmo y su esperanza. SALUD.
P.D. Más tarde, cuando el Ochocientos tocaba a su fin, Diderot y d’Holbach cobraron vigencia a través de Friedich Nietzsche, Karl Marx y Sigmund Freud. Los tres filósofos de la sospecha vieron que tenían antepasados en París. Nietzsche se emparejó con el barón y su implacable oposición al cristianismo. Marx comprobó que alguien se había anticipado en su posibilidad de igualdad. Freud se inspiró en Diderot y su exploración de las pasiones y actos irracionales de nuestra especie. Estoy más con ellos que con los "mandamases" que nos han llevado a esta crisis económica y social de 2012.
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