A Lledó, que no tiene teléfono móvil, le dio la
noticia EL PAÍS cuando daba esta mañana una rueda de prensa por la
concesión del Premio Antonio de Sancha, de la Asociación de Editores de
Madrid. El escritor sevillano es autor de obras como Memoria de la ética, Filosofía y lenguaje, La memoria del logos, Elogio de la infelicidad, El silencio de la escritura (Premio Nacional de Ensayo) y El origen del diálogo y de la ética. Una introducción al pensamiento de Platón y Aristóteles.
El
filósofo siempre se ha interesado por las formas del lenguaje como algo
esencial en el pensar y en su manera de conformar y ver el mundo.
Además, es un ferviente agitador de la lectura y de su importancia en lo
cultural y la concepción de un mejor ciudadano. Parte de todo esto lo
expresó en la pasada Feria del Libro de Madrid, al inaugurar la sección
Deletrear el mundo, en la que dijo: "En el mundo de la realidad,
estamos; pero en el mundo del lenguaje, de los libros, somos. Las
silenciosas páginas que esperan a sus lectores muestran, entre otras
cosas, que vivir es dialogar, entender, soñar, interpretar".
En él, la filosofía clásica de Grecia, en especial
Platón y Aristóteles, es analizada y traída hasta el presente para
interpretar la vida contemporánea.
En un artículo de 2012 en EL PAÍS, titulado Mythos, escribe:
"Lo primero fue el habla. Una necesidad de sentir la compañía de los
otros, de arrancarse de la originaria soledad, de emitir sonidos que la
lengua fue articulando, modulando, convirtiendo en palabra. A esa voz,
enriquecida a lo largo del tiempo, el “filósofo”, como llamaban a
Aristóteles, dijo que era un soplo, un “aire semántico”. No sólo un
grito. Ese aire decía cosas, señalaba los árboles, los mares, las
estrellas, alumbraba ideas que, en principio, eran “lo que se ve” y en
esas “visiones”, creaba comunidad, solidaridad, amistad. Surgía así un
universo en el que los seres humanos comenzaron a sentirse y entenderse.
Los primeros textos en los que encontramos el sustantivo mito, (mythos), por ejemplo en la Ilíada, significa “palabra”, “dicho”, “conversación”.
En una entrevista a este diario, a partir de una descripción suya
sobre este país, "entristecido y luminoso", dijo: "Es un país mucho más
decente y luminoso por la sabiduría de la gente. Esta sabiduría tiene
que ponerse en práctica. No podemos dejar el país en manos de una
política con una parte regida por oportunistas y por indecentes. Que el
imperio de la indecencia domine en la política es intolerable; ese
imperio es fruto del dominio de ciertas oligarquías que piensan que lo
único que hay que hacer es ganar dinero y crear ideologías aptas para
que esa oligarquía siga con poder...".
Emilio Lledó se une a una lista de premiados que
incluye a los hermanos Juan y Luis Goytisolo, Pere Gimferrer, Rafael
Sánchez Ferlosio, Ana María Matute, Julio Caro Baroja, Rosa Chacel, José
Manuel Caballero Bonald, Carmen Martín Gaite, Francisco Ayala y José
Hierro.
El jurado estuvo presidido por María Teresa
Lizaranzu Perinat, Directora General de Política e Industrias Culturales
y del Libro; y como vicepresidenta: Mónica Fernández Muñoz,
Subdirectora General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras
Españolas. Los vocales fueron: Aurora Egido Martínez (de la Real
Academia Española; Víctor Fernández Freixanes (de la Real Academia
Gallega/Real Academia Galega), Javier Calzacorta Elorza (de la Real
Academia de la Lengua Vasca/Euskaltzaindia), Margarita Casacuberta i
Rocarols (del Instituto de Estudios Catalanes/Institut d'Estudis
Catalans), Manuel Arce Lago (de la Conferencia de Rectores de las
Universidades Españolas (CRUE), Francisca Rubio Gámez (Fanny Rubio) (de
la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE), Guillermo Carnero
Arbat (de la Asociación Española de Críticos Literarios), María Luisa
Ciriza Coscolín (de la Federación de Asociaciones de Periodistas de
España (FAPE), Amelia Valcárcel (del Centro de Estudios de Género de la
UNED), Marcos Giralt Torrente (a propuesta del Ministro de Educación,
Cultura y Deporte); y los dos últimos autores galardonados: Luis
Goytisolo Gay (2013) y Francisco Rodríguez Adrados (2912).
Todos los premiados
Luis Goytisolo, 2013. Francisco González Andrados, 2012. José Luis Sampredro, 2011. Josep María Castellet, 2010. Rafel Sánchez Ferlosio, 2009. Juan Goytisolo, 2008. Ana María Matute, 2007. Raúl Guerra Garrido, 2006. José Manuel Caballero Bonald, 2005. Félix Grande, 2004. Leopoldo de Luis, 2003. Joan Perucho, 2002. Miquel Batllori, 2001. Martí de Riquer, 2000. Francisco Brines, 1999. Pere Gimferrer, 1998. Francisco Umbral, 1997. Antonio Buero Vallejo, 1996. Manuel Vázquez Montalbán, 1995. Carmen Martín Gaite, 1994. Carlos Bousoño, 1993. José Jiménez Lozano, 1992. Miguel Delibes, 1991. José Hierro, 1990. Joan Corominos, 1989. Francisco Ayala, 1988. Rosa Chacel, 1987. Gabriel Celaya, 1986. Julio Caro Baroja, 1985. José Vicente Foix, 1984.(EL PAÍS)
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