"En la vida, lo importante es la capacidad de responder ante el sufrimiento del prójimo." (Ludwig Wittgenstein)

lunes, 9 de enero de 2012

IDEAS CLARAS



SIETE PECADOS CAPITALES DEL ACTUAL SISTEMA EDUCATIVO

Desde hace tiempo, muchos profesores de instituto, en público y en privado, nos hemos quejado ante el deterioro progresivo que el actual sistema educativo ha provocado en la enseñanza Secundaria. Aunque los tímidos propósitos reformistas del nuevo gobierno no inviten a hacerse demasiadas ilusiones, parece oportuno ensayar una síntesis de nuestros mayores males y proponer puntuales medidas paliativas.

1º) La comprensividad: Agrupando en las mismas aulas a alumnos con distinta capacidad, competencia y motivación sólo se consigue fomentar la frustración de los peores y obstaculizar el progreso de los mejores. La atención a la diversidad en semejantes condiciones es una estafa. Los profesores no tienen el don de la ubicuidad. No pueden atender particularmente a unos sin descuidar a los demás. Establecer itinerarios en Secundaria y desterrar la promoción por edad no es una opción política, sino una necesidad de cualquier sistema que pretenda eficacia y justicia.

2º) El paternalismo: La condescendencia sistemática ante los “chavales” sólo consigue perpetuar su irresponsabilidad y su inmadurez. Los institutos nunca podrán ofrecer a los adolescentes el amparo que no les ofrezcan sus familias. En todo caso, la oportunidad de superar con el propio esfuerzo sus circunstancias. Que los criterios de promoción y titulación se ajusten a principios de exigencia rigurosos no es insolidario. Lo insolidario es regalar títulos sin ningún valor, pues malogra las posibilidades de quienes sólo cuentan con sus capacidades para mejorar su situación.

3º) La impunidad: Tolerar la indisciplina, camuflándola bajo eufemismos, renunciando a tomar medidas efectivas para atajarla, atenta derechos fundamentales de los alumnos y boicotea la labor de los profesores. La integración en un centro educativo exige el respeto a unas normas cuyo incumplimiento tiene que producir consecuencias adversas para los infractores. No se trata de criminalizar a los adolescentes disruptivos sino de preservar, con los recursos disponibles, el derecho a aprender de los demás. La autoridad en el ejercicio de la profesión docente debería contar con el reconocimiento unánime de la sociedad. Es absurdo pretender que en los institutos se custodie a jóvenes con problemas severos de conducta. Mejor atendidos estarían en centros especializados.

4º) El pedagogismo: Justificar la falta de esfuerzo e interés de ciertos alumnos por la presunta incompetencia de sus profesores es una frivolidad propia de quienes confunden la pedagogía con sus prejuicios ideológicos. No hay receta metodológica universal. En la enseñanza intervienen múltiples factores personales y sociales irreductibles a análisis teóricos objetivos, de ahí que la experiencia en el aula resulte por lo general más instructiva que cualquier lectura. Es una obscenidad atribuir el fracaso del actual sistema educativo a la escasa formación pedagógica de los profesores. Debería reconsiderarse el papel de los orientadores psicopedagogos en los institutos. Su contribución a la causa común mejoraría considerablemente si pasaran más tiempo en las aulas y menos en los despachos.

5º) El esnobismo tecnológico: Convertir a las nuevas tecnologías en las protagonistas indiscutibles de la enseñanza Secundaria es una confusión intolerable de fines y medios. La pantalla del portátil no aporta nada a la agudeza de un razonamiento, la exactitud de un cálculo, o la belleza de una metáfora, a no ser distracción. Ahora está todo en Internet, como antes estaba en las bibliotecas, pero mal nos hubiera ido si en nuestros años de instituto, en lugar de dedicarnos a asimilar el contenido de los libros, nos hubiéramos ocupado sólo de aprender a buscar en índices y ficheros. La Secundaria tiene que llevar al alumno más allá de lo puramente instrumental. Ordenadores donde y cuando sean necesarios. Más enseñanza de verdad y menos Andalucía imparable.

6º) El provincianismo: Si en cada Comunidad Autónoma, en cada barriada, en cada centro, impartimos una enseñanza diferente nuestros certificados de estudios acabarán no significando nada. Por otra parte, más allá de la Primaria, empeñarse en adaptar los contenidos curriculares al contexto sociocultural, lejos de facilitar el acceso de todos al conocimiento, alimenta las desigualdades, el etnocentrismo y la ignorancia. La educación Secundaria no puede limitarse a lo elemental para desenvolverse en el entorno más cercano, tiene que abrir puertas que permitan salir de él. Urge pues el establecimiento de unos estándares comunes para el conjunto del Estado, acompañados de mecanismos de control, tales como exámenes de reválida al final de cada etapa.

7º) La burocracia: Someter la práctica docente al rigor del procedimiento administrativo desvirtúa la responsabilidad de enseñar y consume energías que al profesor no le sobran. Dar clase es una tarea singular que no se deja ponderar con los parámetros comunes a otras profesiones. Comprometiendo la libertad de cátedra, poniendo bajo sospecha a los docentes y agobiándolos con mil papeles sólo conseguirá castrar la enseñanza. El único mecanismo verdaderamente eficaz de control consiste en la selección del profesorado: oposiciones exigentes y rigurosas para los distintos niveles y especialidades. Y por supuesto, que el acceso a la inspección educativa deje de estar sujeto a designación política y responda a criterios estrictamente profesionales.

Enrique Fernández (Presidente PIENSA-VOLENS)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Apreciado Clemente

Sin desperdicio en ninguno de los 7puntos expuestos por Enrique, pero personalmente me quedo con el 5º.

Donde está ese tiempo pasado, el de involucrarte en aprender el tema, tratarlo , estudiarlo, conseguir informacion y hacer el trabajo, el cual podía durar muchos días. Mientras, conversabas con el compañero de clase que te había tocado compartirlo contigo, madurabas como persona, conocias mejor a ese amigo. Conocias mejor al personage o la materia, pero ahora todo es un " COPIA Y PEGA " mientras el compañero sigue jugando a los video juegos con el otro ordenador que nuestros queridos mandatarios nos han dado sin pedirselo.
Ahora ves y preguntale al alumno de que va la materia, quizás no sepa ni contestarte. Cosas de las nuevas tecnologias.

Un saludo a tod@s

Clemente Caballero dijo...

Estimado Anónimo:
Muchas gracias por participar en este blog. Queda tanto por reconstruir en nuestro sistema educativo, que lo primero es, evidentemente, tener las ideas claras de "los males" para buscar la mejor "medicina". En primaria, se hace titánico ( ya llevo dos expedientes ) luchar contra el pedagogismo ( impuesto por el PSOE desde su venida al poder en 1982), la burocracia (clara pérdida del sentido de la verdadera educación, amparada por la cohorte de cargos y estómagos agradecidos), y sobre todo, la impunidad ante el despilfarro de medios económicos (¿qué se puede decir del famoso Plan de Calidad?,¿por qué se expedienta a quien denuncia una apropiación indebida de dinero público, en vez de a quien se lo lleva?,...). Para que después nos hablen ética y decencia. Sólo veo podredumbre y ruina moral. Pero moriremos con las botas puestas, exigiendo dignidad, no cayendo en los siete pecados capitales que menciona Enrique. Recibe un fuerte abrazo, Clemente.