"En la vida, lo importante es la capacidad de responder ante el sufrimiento del prójimo." (Ludwig Wittgenstein)

domingo, 1 de enero de 2012

Lectura Recomendada: "La herida de Spinoza" de Vicente Serrano



No hay nada más saludable que empezar un año nuevo con un buen libro. Libro que sirva de faro en conceptos filosóficos y vivenciales, y lo más importante, que aumente las ganas de vivir. Si encima está dedicado a mi filósofo preferido, personaje denostado en vida por su propia comunidad, y arrinconado después de su muerte como un "perro muerto", mejor que mejor.Y esta obra de Vicente Serrano, me ha colmado plenamente.Doscientas trece páginas distribuidas en sólo siete capítulos, a saber:
1.La herida de Spinoza.
2. La anomalía tranquila.
3. El poder de los afectos.
4. Interpretando Frankenstein.
5. Biopoder sin ideologías.
6. Afectos posmodernos.
7. Amar en Las Vegas.

El subtítulo de la obra ("Felicidad y política en la vida posmoderna") ya nos indica por dónde irán las ideas principales. Partiendo del libro de Antonio Damasio (extraordinario neurólogo con raíces familiares portuguesas ) "En busca de Spinoza", intentará demostrar lo mal que se ha leído a este "filósofo maldito".Además, planteará una amplia crítica a la modernidad,y también a la posmodernidad.Filosofando de la mano de los más grandes pensadores de la historia, incluirá una pieza maestra: los afectos. Los afectos serían la respuesta posible de la filosofía al problema de la biopolítica (Foucault). La progresión de la modernidad no sólo implica la desaparición de la naturaleza, sino la sustitución absoluta de los afectos por la voluntad de poder.Si la vuelta a la naturaleza es imposible, e incluso indeseable - dado que la naturaleza no fue más que una metáfora -, Serrano propone una "vuelta" a los afectos como la pieza fundamental que cierra la reflexión sobre el poder.
Perlas escogidas:
1. Su dedicatoria: "A mi madre, que siempre supo cultivar el afecto de la alegría".
2. "La frontera entre la infinitud del todo, Dios o naturaleza, sustancia infinita, y la finitud del modo, organizado en el paralelismo de pensamiento y extensión, es lo que Spinoza llama afecto.""El afecto, los afectos son el indicio del límite de los seres finitos que participan en la infinitud" (Página 97).
3. Pero a la simpatía la coloca Hume funcionalmente en el lugar del límite del propio deseo, porque como él mismo constata:"Solamente el ansia de adquirir bienes y posesiones (riqueza y fama) para nosotros y nuestros amigos más cercanos resulta insaciable, perpetua, universal y directamente destructora de la sociedad. Apenas si existe una persona que no esté movida por esa pasión, y no hay nadie que no tenga razones para temerla cuando actúa sin restricciones y da rienda suelta a sus primeros y más naturales movimientos. Así pues, y en resumen, debemos estimar que las dificultades en el establecimento de la sociedad serán proporcionales a las que encontremos en la regulación y restricción de esta pasión" (Página 114).
4. "En todo caso, el principio explicativo de las decisiones individuales y colectivas sigue siendo el mismo: el deseo sin más, sometido a inevitables cálculos, pero el deseo omnipotente. Es ahí donde está depositada la soberanía, la soberanía propiamente dicha, no la ficción de la soberanía edulcorada mediante la metáfora del pueblo, de la raza, del destino o cualquier otra. Éstas pueden ser útiles para disfrazar el propio deseo de omnipotencia frente a terceros, frente a otras omnipotencias, para lograr adhesiones que permitan alimentar la propia y acercarse a su imposible realización. En el mundo moderno el sujeto o los sujetos empíricos, ya sean partidos, facciones, grupos o individuos, que quieran ocupar el lugar del poder tienen que captar el deseo de omnipotencia, expresarlo, recogerlo, darle forma, hacer ver que le dan satisfacción" (Página 139).
5. "La biopolítica aparece entonces como un corolario de la modernidad cuando los distintos velos que han ocultado su rostro han caído y nos encontramos de frente con la omnipotencia como su principio y con el límite como el pecado fundamental" (Página 144).
6. "Más allá de los juicios morales que ello merezca, lo cierto es que el biopoder apunta a una serie de manifestaciones que, latentes en su propia definición moderna, sólo han salido a la luz cuando la cuestión del poder se ha revalado en toda su magnitud gracias a la tecnología y a la masificación de las formas de vida propias del capitalismo avanzado...El poder deja de ser una institución visible e inidentificable, deja de adoptar la forma sujeto sin más, para convertirse en un tejido que genera ficciones, que establece espacios, que coloniza y constituye las conciencias y que en principio no tiene límite"(Página 145).
7. "El terror es entonces lo único que permite ver el relato. Y el terror, el terror que podemos reconocer en los últimos siglos, está siempre asociado a la voluntad de poder y a la omnipotencia en acción" (Página 183).
8. "El amor es tal vez el afecto que más resistencia puede ofrecer al poder. No sólo es un sentimiento en el que se establece una relación, sino que a partir de esa relación, a su vez, organiza todos los afectos y los subordina a la relación con el otro" (Página 185).
9. "El discurso en torno a los derechos humanos y todo el campo semántico que lo articula, y con él la noción de solidaridad y otras nociones, están en ese sentido condenados al fracaso en la medida en que su mito fundacional dependa del odio en los términos señalados, porque no dejan de ser expresiones superficiales de la estructura profunda tejida en el odio fundamental y estructural" (Páginas 196-197).
10. "La idea del mercado fue comparada por Marx con la idea del vampiro, que es una imagen recurrente de su obra para designar al capitalismo"(Página 198).

Lo más curioso y sorprendente: la comparación de Spinoza con Ben (personaje de la película Leaving Las Vegas,representado por el actor Nicolas Cage). Asumen el dolor y la impotencia y lo hacen con una enigmática quietud y serenidad. No huyen de la muerte, sino que la consuman como cifra del amor imposible. Nada más coherente entonces que el que sólo en la agonía final de él, apenas segundos antes de su muerte, consumen el acto amoroso con Sera (su prostituta enamorada).
Termino con la pregunta que el propio Vicente Serrano plantea:¿ Sería excesivo encontrar a Spinoza en esa pálida imagen encarnada por Nicolás Cage? Lean el libro y decidan.

P.D. Os dejo canción vinculante:

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