Western crepuscular, siglo XXI, en los estados de Texas y Oklahoma (donde todo el mundo tiene armas como podrá comprobarse en la población de Post). Dos rangers prototipos: Marcus, en su último año antes de la jubilación (de la vieja escuela, escéptico, bromista con su compañero, bebedor de cerveza y con una puntería endiablada) y Alberto Parker, medio mejicano, estoico con los comentarios de su compañero. Serán los encargados de ir a por los hermanos Howard.
Tras salir de la cárcel, Tanner, se encontrará con la muerte de su madre y con su hermano recién separado, con dos hijos y una hipoteca de sus tierras (llena de oro negro para el futuro) a punto de vencer. Ni cortos ni perezosos se dedican a robar sucursales bancarias (especialmente de la Texas Midland Bank) en poblados pequeños para después acrecentar las ganancias en casinos. El tiempo corre en contra y no pueden parar hasta adquirir la cantidad deseada para recuperar sus tierras.
Magistral la banda sonora con unas canciones country que hacen el papel de coro griego que anticipará el destino de todos los implicados. "Hell or High Water", "Contra viento y Marea", camino directo a la perdición.
¿Y qué decir de la fotografía? La naturaleza lo absorbe todo y empequeñece al ser humano. Acoge en su seno la locura de los mortales.
Los cowboys envejecen, los indios desaparecen, y los forajidos tienen los días contados. El guión de Taylor Sheridan, prodigioso para cuatro actores sublimes que lo culminan, a saber:
* Jeff Brigdes, como ranger Marcus Hamilton;
* Gil Birmingham, como ranger Alberto Parker;
* Chris Pine, como Tobby Howard;
* Ben Foster, como Tanner Howard.
Escenas a recordar:
* Los diversos robos que se van complicando a pesar de la buena intención de no hacer daño a nadie. La cantidad de armas de la disponen los ciudadanos en Texas y Oklahoma complicarán las cosas hasta que sí haya muertes violentas. Crítica dura a la proliferación de armas de fuego en los Estados Unidos.
* La propina de 200 dólares a la agradable camarera que se prenda de Toby y que la policía quiere requisarle. Con esos 200 dólares puede pagar la mitad de su hipoteca.
* Los dos rangers pidiendo la comida en un restaurante de un pueblecito y donde sólo hay filetón con mazorca y judías verdes. De beber sólo té frío de bebida. Y el que no quiera eso, a la calle. Menuda señora, la camarera.¡Qué carácter!
* La charla de Toby con su hijo mayor, explicándole que todo lo que escuche sobre él es verdad, pero que por favor, nunca sea como él. Como padre quiere dejarlo todo bien atado.
* Los consejos del amigo que trabaja en la entidad bancaria para recuperar sus tierras aunque vaya en contra de la empresa que le paga. Pura ingeniería financiera para el bien de los hijos de su amigo Tobby. Solidaridad infinita.
* En el casino cuando cara a cara un viejo comanche perdedor le dice al hermano ganador en el póker, que comanche en la lengua original significa:"enemigo de todos". La respuesta es contundente:"Yo soy comanche".
* La persecución y el posterior tiroteo entre los dos hermanos y los habitantes de Post. Los cochazos agujerados dan muestra de las consecuencias de tener tan fácilmente armas.
* Toby Howard herido de bala, sangrando y esperando en la barrera creada por los rangers la comprobación de su identidad. Todos deseamos que pueda escapar.
* Los dos disparos certeros a las cabezas que pondrán fin a la vida de dos de los protagonistas (uno de cada bando).
* El diálogo final entre los dos supervivientes del enfrentamiento durante toda la película, donde cada palabra esconde una mirada del mundo y de la vida. Ambos hablan de "darse paz" en el futuro porque están rotos por dejar en el camino a seres queridos (uno, a su hermano; otro, a su mejor compañero). Un dilema moral insuperable.
Disfruten de esta obra de David Mackenzie si llega a las salas sanluqueñas. SALUD.
P.D. No conozco ningún western que explicite tan inteligentemente una crítica radical a la Banca. Aquí "los dos bandos" están de acuerdo en que los ladrones de verdad son ellos. Irrefutable.
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