Ocho pequeños relatos componen esta última obra del genial Andrea Camilleri.
En el primero de ellos, "La habitación número dos", Livia y Montalbano, serán testigos del incendio del hotel Panorama, en la costa siciliana. Nuestro dottore demostrará que no soporta ese turismo de la desgracia. "A esa gente que corría a ver el lugar de un desastre o de un delito. Si hubiera muerto alguien en el incendio, seguro que la multitud congregada se habría triplicado"(12).
El protagonista principal será Aurelio Ciulla, propietario del hotel, sobre quien recaerá las sospechas de querer cobrar cierto seguro, pero la verdad es muy diferente."¿Cómo se las apañará este hombre para tener siempre una excusa plausible? O es de los que nunca se apartan ni un milímetro del buen camino o es un hijo de puta de campeonato, aunque no tenga pinta"(31).
En el segundo relato, "Dos casos paralelos", la ricachona Giovanna Bonocore ha desaparecido, sin dejar rastro alguno. Su marido, oficialmente asesor del Ayuntamiento pero en realidad un vividor, pasa a ser el principal sospechoso. Montalbano y Augello sufrirán un atentado en plena carretera desde una motocicleta con dos individuos que los ametrallan. Ninguna de las dos grandes familias mafiosas de Vigàta (los Cuffaros y los Sinagras) se atribuyen los hechos. Sus abogados Guttadauro y Piscopo lo comunican oficialmente. "Era la comunicación de lo que él ya pensaba. La mafia procuraba comunicarle que no tenía nada que ver con el intento de asesinato"(55).
Del tercer relato - que da título al libro -, "Muerte en mar abierto", podemos destacar la muerte accidental dentro de un pesquero (el Carlo III) de Franco Arnone, el mecánico. A un compañero (Tano Cipolla) se le disparó el arma. Cipolla es conocido como el marido de las gemelas (Lella y Lalla), las mujeres mas deseadas de Vigàta. Montalbano irá tirando del hilo hasta comprender que la pesca es lo de menos en el negocio. Papel primordial de Matteo Consentino, armador con cinco pesqueros, protegido de la familia de los Cuffaro.
La cuarta historia, "La nota robada", empezará con la desesperación de Montalbano por haberse quedado sin Whisky en su casa, pasará por el asesinato del banquero Michele Sindona en la cárcel con un café envenenado, y terminará con la enigmática desaparición de Pamela (en realidad Ernesta Bianchi), camarera del Café Castiglione.
"Trató de resistir. Tampoco es que fuera alcohólico,¿no? Claro que, sin whisky, el pitillo se le antojó soso. En un momento dado, no pudo soportarlo más"(113).
"Si hubiese hablado, si hubiese revelado todos los apaños entre los bancos, la mafia y los políticos, habría sido peor que un terremoto de máxima intensidad. Así pues, se había recurrido a un sistema no exactamente legal para mantener el secreto de Estado. Y la verdad y la justicia, a callar"(114).
"Cambia de hombre cada quince días, como máximo. La media es de uno por semana, vamos. Y no es por dinero, sino porque ella es así"(116).
Al final, nada es lo que parece. Rosalia Insalaco, la casera de Pamela, estará implicada hasta el cuello. "Pamela me había dicho que su casera, que es una metomentodo, a menudo apuntaba las matrículas de los coches de sus acompañantes"(127). Causará la furia de Michele Turrisi, sicario de los Sinagra, y la cosa terminará mal.
"Ha sido un doble error"(144), sentenciará Montalbano.
El quinto relato, "La transacción", comienza con el atentado famoso al Papa Juan Pablo II, a manos de Ali Agca, perteneciente a la peligrosa organización nacionalista, los Lobos Grises. Montalbano se muestra abatido. "Él no era hombre de iglesia, más bien se consideraba agnóstico y no sentía simpatía por los curas, pero aquel asunto era absolutamente repugnante y lo había angustiado"(149-150).
En Vigata se ha producido un robo en un pequeño banco que, sin embargo, disponía del mayor número de cajas secretas de la provincia. Ciertos personajes con intereses muy particulares, estarán a punto de desatar una guerra entre las familias mafiosas. Montalbano la desactivará. "Estamos en la tierra de Pirandello, ¿no? Ser y parecer. Aquí, insisto que es mi opinión, téngalo en cuenta, alguien quiere que veamos un hecho de una forma determinada, mientras que la realidad es completamente distinta"(176).
Simpática la animadversión mutua entre Adelina (la asistenta de Montalbano) y Livia (novia de Montalbano). No pueden estar juntas ni un segundo. "Entre nosotras dos no hay ni física ni química, y ya está. Nada de lo que hago le parece bien. Que si la sábana no está bien puesta, que si el albornoz no lo he dejado donde había que dejarlo, que si detrás del mueble del televisor hay una pizca de polvo... ¡ Y de lo que cocino ni hablamos ! Por aquí falta aceite, por allí sobra sal...¡ Y eso lo dice ella, que no sabe hacer ni un huevo frito"(151).
"Según la práctica habitual", es el sexto relato, de una lucidez máxima. Una joven aparece muerta después de haber sufrido una cruel tortura. Detrás de esa muerte habrá una confluencia oscura de sádicos poderosos contra chiquillas jóvenes de los países del Este. Todo se intentará ocultar pero Montalbano se lo monta bien. "Según la práctica habitual, el dottor Gaetano Mistretta archivó la nota y las cintas de vídeo y las puso en un expediente que rotuló, según la práctica habitual (además de la prudencia), sospechosos sin identificar"(213). Todo será robado días después.
No obstante, Salvo Montalbano hizo copias de todo. "Las tenías bien escondidas, con la esperanza de que llegaran tiempos mejores"(213).
El penúltimo relato, "Un albaricoque", cuenta el despeñamiento con su coche (en la curva Calizzi) de la joven Annarosa Testa. En su garganta aparecerá un albaricoque al que era tremendamente alérgica. "Montalbano pensó que, de no haber parado a echar aquella cabezada, tal vez él habría acabado igual que la pobre mujer que se había dejado la vida en la playa"(222). Su ex novio, Giuliano Toccaceli ("lo que se dice un hombre atractivo"-245-), culpabilizará al fotógrafo Marcello Giovagnoli. Montalbano, más listo que todos, descubrirá el pastel. "A los que se las saben todas, muchas veces la casualidad los acaba jodiendo"(247).
Termina el libro, con el relato más simpático de todos: "El ladrón honrado". En Vigàta no para de producirse robos por la noche, pero robos extraños. Sólo se llevan una parte del dinero que encuentran. Alguien robaba en función de las posibilidades de sus víctimas: si se trataba de gente pobre, no pasaba de las mil liras; en el caso de los más pudientes, robaba veinte o treinta mil liras, nunca más de eso. "Por lo visto, estamos ante una novedad absoluta en el campo de la criminología"(256).
Michele Gangitano, es un ladrón que siempre va en bicicleta y lleva gorra. Sesenta años, alto y enjuto, con los hombros algo encorvados, que vestía con dignidad y transmitía un aire melancólico. "Si uno roba porque le gusta robar o para tener dinero que derrochar, pues no, no es justo. Pero si uno roba lo poquito que le basta para comer o para ayudar a alguien que lo necesita, si no tiene una lira de más ni una lira de menos, entonces, como usía comprenderá, la cosa cambia de arriba abajo"(264).
Pues bien, dicho ladrón ayudará a Montalbano en un caso de secuestro (la hija del poderoso empresario de Montelusa, Di Bartolo), en el que estará implicado el abogado Antonio Mascolo.
Montalbano conseguirá un trabajo honesto para este "ladrón honrado".
Si quieren pasar un par de tardes plácidamente, lean estas historias del longevo y siempre vital, Andrea Camilleri. SALUD.
P.D. Se pueden ver reseñas de la colección de Montalbano en este blog:
* "La forma del agua"
* "El perro de terracota"
* "El ladrón de meriendas"
* "La voz del violín"
* "Un mes con Montalbano"
* "La Nochevieja de Montalbano"
* "La excursión a Tindari"
* "El olor de la noche"
* "El miedo de Montalbano"
* "Un giro decisivo"
* "El primer caso de Montalbano"
* "La luna de papel"
* "Ardores de agosto"
* "Las alas de la esfinge"
* "La pista de arena"
* "El campo del alfarero"
* "La edad de la duda"
* "La danza de la gaviota"
* "La sonrisa de Ángela"
* "Juego de espejos"
* "La búsqueda del tesoro"
* "Un filo de luz"
* "Una voz en la noche"
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