Resulta muy triste la ingratitud de ciertas personas, en este caso, el de la presidenta del Sanlúcar Féminas. Como en los viejos tiempos, me ha castigado sin polito por malo (ser crítico con su gestión).
Ya le he repetido en multitud de ocasiones que no le pudiera el odio, que no conduce a ningún lado. Pues, sigue erre que erre. No sé cuál es su objetivo final.
Hago público un solo ejemplo de su ingratitud: el estado de cuentas cuando llegó a la presidencia del club, el 6 de septiembre de 2012.
De los 570, 60 euros con los que se encontró, 542,05 corresponden a mi donación particular. SALUD.
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