Antes de venirme a Galicia, y en pleno síndrome de abstinencia - de lectura de novela negra, se entiende -, acudí a la librería Forum para que me suministraran un poco de droga: nuevo autor, nuevo comisario y nueva ciudad.
La cosa quedó clara: Petros Márkaris. Kostas Jaritos y Atenas. Pero surgió un problema, por el cual tendría que incumplir un precepto sagrado de los buenos lectores de novela negra y policíaca: empezar siempre por la primera de la serie ( para contextualizar globalmente toda la obra del autor). Dado que sólo tenían disponible la última de la serie, la séptima, "Liquidación Final", me quedaba dos opciones: o comprarla y empezar por ella o quedarme sin lectura en Navidad. No aguantando más el "mono", la compro y encargo las otras seis para cuando regrese de Galicia.
Conocía a Petros Márkaris por haber colaborado como guionista con el gran cineasta griego, Theo Angelopoulos. Realmente, es merecedor del Premio Pepe Carvalho 2012.
Resumo en cinco aspectos - para no aburrir más a los lectores de este blog - el por qué he disfrutado leyendo esta obra, a saber:
- en primer lugar, Petros Márkaris, con sus sentidas y críticas descripciones me ha hecho revivir los mejores lugares de la Atenas de hoy, la que gocé en 2004. He recordado todo el callejero que anduve paso a paso. Directo al corazón de la memoria.
- en segundo lugar, la trama sería universal - y por tanto, trasladable -en cualquier país en crisis donde el asesino podría convertirse en un héroe nacional. Cuando han llegado los recortes (recordemos que Grecia lleva dos años más de duro castigo que nosotros), y se demuestra que los más pudientes se "escabullen"de pagar a Hacienda lo debido y disfrutan de los paraísos fiscales, la figura del Recaudador que avisa de "o pagas o sufrirás la liquidación final" para bien del país - será capaz de recaudar en diez días más millones de euros que la Administración en meses -, te hace pensar. Durante toda la novela sus admiradores irán en aumento, y lo consideran un salvador de la patria.
- en tercer lugar, el personaje de Zisis - quien sufrió la cárcel cinco años largos durante la Dictadura Militar, por sus ideas políticas -representa la lucidez y la resistencia que tanto marcan mi ideal utópico. Me sentí identificado con él desde el primer momento.
- en cuarto lugar, Kostas Jaritos, se presenta como el policía que siempre desea uno encontrarse en una situación comprometida. Paradigma de la honradez, la prudencia, los buenos modales, amante de su familia, de sus amigos, de su trabajo y su país, en franca bancarrota moral y económica.
- en quinto y último lugar, el papel fundamental de las mujeres, desde su esposa y principal crítica (Adrianí) a la psicóloga que pone sobre la pista del asesino (Maña), pasando por su hija abogada que se debate por salir de Grecia o quedarse (Katerina) o la eficiente administrativa de la comisaría (Kula).
En definitiva, he gozado plenamente con este libro, y de nuevo comienza el síndrome. SALUD.
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