Madrugar tiene sus recompensas.
Hoy la marea baja en COSTA BALLENA ha sido un espectáculo único.
Contemplar zonas nunca visibles por las mareas recompensa el madrugón.
Parecía plenamente la costa gallega.
Mi amigo, MANUEL PERALES, demuestra una lozanía insólita a sus 85 años.
Tampoco había visto lo que escondía COSTA BALLENA bajo sus aguas.
El agua estaba deliciosa para refrescar la alta temperatura del exterior.
Somos unos auténticos privilegiados pudiendo gozar de esta playa roteña. SALUD.
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