Tras el varapalo de ayer queda recordar lo mejor del viaje: la ciudad de Bilbao y su fabulosa afición.
Merece la pena de recorrerla de punta a punta.
Cualquier lugar es bueno para un selfie.
Siempre encontrarás sitios simbólicos.
Admiración por su historia.
¿Y qué decir de los bares para tapear?
En cada viaje conozco a nuevas personas del ATHLETIC.
Me hice amigo del león más simpático de los que recorriendo las siete calles míticas.
Peña histórica del Casco Viejo.
Máxima deportividad entre aficionados rivales.
El récord de espectadores (51.544) no sirvió para clasificarnos. SALUD.
No hay comentarios:
Publicar un comentario