Es un auténtico privilegio haber estado en GALICIA un mes.Cada año me cuesta más dejar esta maravillosa tierra.
Ahora toca preparar el duro y agobiante curso escolar.
Esta maldita pandemia está condicionando la vida de todos.
Poco tiempo hemos pasado en el aire puro de Frades.Que el faro de Corrubedo siga protegiendo a los marineros en su dura faena.
Quizás el verano que viene podamos gozar de mejores vistas en el balcón del Pico de la Muralla.
La Capilla del Alba, ideal para el recogimiento reflexivo.
¡Mira que me costó acostumbrarme a la temperatura del agua! Cuando me bañe en Costa Ballena me parecerá cálida.Las meigas buenas, como CELIA, mejoran el mundo.
El encuentro con nuestra internacional CARI y FAMILIA quedará como un recuerdo imborrable.
El renacentista PAZO DE FONSECA siempre tiene alguna exposición interesante.El verano que viene será compostelano y casi imposible acceder a la Catedral.
Descubrir a MANUEL AYASO ha sido motivador.
Los cruceiros forman parte del imaginario de todos los peregrinos del mundo.
Por más veces que visito el CASTRO DE BAROÑA nunca deja de impresionarme.
El Museo de la Memoria Mariñeira fue otro descubrimiento por casualidad.
Resulta muy difícil dejar todos los miedos en estos tiempos pandémicos.
Era la isla que me quedaba por conocer (A ILLA DE AROUSA).
¡Cuánto echaré de menos el momento previo de introducirme en el agua!
Mi última vista de A Pobra do Caramiñal.
Mi cuñado MANOLO, acompañante de lujo en muchas salidas.
Siempre quedará la 1906 en A RASPA (PALMEIRA). SALUD.
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