Después de las dos magníficas primeras temporadas (ver "Pura fascinación (True Detective)" y "True Detective"(Segunda Temporada), llega cuatro años más tarde, esta espléndida Tercera Temporada.
Han sido ocho capítulos que han jugado con tres hilos narrativos (tiempos paralelos con flashbacks y flashforwards) para desarrollar la acción. La inteligente maestra del pueblo (preciosa, Carmen Ejogo) será la mujer con quien se casará Hays.
El detective Wayne Hays (pletórico, Mahershala Ali) pasará toda su vida buscando a una niña desaparecida junto a su hermano muerto.
La pareja de policías (camaleónico, Stephen Dorff, como el detective Roland West) vivirán multitud de vicisitudes durante los treinta y cinco años que abarcan los acontecimientos.
Otra virtud -de esta tercera temporada- ha sido su profundidad en los personajes, como seres humanos con sus propias tinieblas y conflictos interiores.La incertidumbre de los capítulos va recordando a los mejores de la Primera Temporada, llenando de dudas sobre las inclinaciones pederasta de muchos potentados.
Un elemento nunca empleado -en estas series- es el tratamiento del Alzheimer que va deteriorando la vida del protagonista.
El amplio abanico de sospechosos posibles llevará al protagonista a la desesperación. Le cerrarán el caso dos veces pero la niña no aparece.
Las malas relaciones matrimoniales, envilecidas por el alcohol y las drogas, es un elemento importante para entender la tercera temporada.
En los padres de la niña estará el comienzo de todo.
El mismo detective, Wayne Hays, a lo largo de toda su vida.
Última vez que se vieron a los dos hermanos juntos. SALUD.
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