No llega a ser obra maestra, como las dos primeras temporadas (ver "Descubrimiento tardío de "The Wire"y "Extraordinaria Segunda Temporada de "The Wire"), pero yo he disfrutado plenamente sus doce capítulos.
Se conjugarán, una vez más, la corrupción política, el narcotráfico, los intereses inmobiliarios y las agitadas relaciones personales. Nada que no sepamos cuando el único Dios verdadero es el maldito dinero.
Y en el centro de todo, la ciudad de BALTIMORE, con mayúsculas. En el país más poderoso del mundo, la parte oculta de su sociedad, la que no se desea ver, es mísera y degradante.
Cuando un jefe policial intente arriesgar probando algo nuevo porque todo lo anterior ha fracasado, se quedará más solo que la una.
También los narcotraficantes tienen su cooperativa que rinde a tope, pero que necesita blanquear las ganancias. Surgirán roces, desavenencias y ajustes de cuentas.
El equipo policial tendrá la paciencia infinita de recabar datos y "pinchazos telefónicos" para evitar la hemorragia humana que provocan ciertos cabecillas.
La obsesión del alcalde de Baltimore porque las muertes no lleguen a las trescientas personas será prioritaria.
No adelanto más para que disfruten de esta serie.
El Major Howard "Bunny" Colvin (magistral, Robert Wisdom) será la referencia ética durante toda la tercera entrega. SALUD.
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