Hoy entre las diez y las once de la mañana se produjo una auténtica tormenta de verano de viento y agua sobre Costa Ballena.
El mar presentaba un color peculiar fruto de las nubes oscuras que rodeaban el litoral.
El viento fue incrementando poco a poco hasta un nivel en el que la arena hacía daño a los tobillos al andar.
Y empezaron las primeras gotas de lluvia a hacer acto de presencia.
Poco después, empezó el diluvio de goterones que dolían y tuvimos que buscar refugio en el chiringuito más cercano.
La Naturaleza daba muestras de una fuerza superior a los caprichos humanos.
El café con leche reparador tuvo su efecto balsámico para terminar el paseo de regreso a nuestras mojadas pertenencias.
Al final de la tormenta llegó la calma idílica en la playa para un baño divino. SALUD.
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