Las bateas que se extienden por la Ría de Arousa son un espectáculo a contemplar.
El final de la playa de Cabío permite llegar a un rinconcito entrañable.
Mirando hacia Palmeira otro rinconcito ideal para refrescarse.
La barquita solitaria protegida por las rocas.
Este verano estoy notando las aguas un par de grados más frías que el año pasado.
La portada de la Catedral apenas es visible entre andamios.
Estatua a la salida del parking San Clemente, al lado de la comisaría de policía.
Curiosa decoración con cubos de colores en un Santiago en fiesta.
Terminé la tarde haciendo de tito con mis sobrinos en el cine de As Cancelas. SALUD
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