¿Quién le negaría a sus sobrinos ayuda para construir un castillo de arena?
Una vez terminado el foso y las almenas, tocaba el perímetro de muralla.
Poco a poco fue tomando forma un más que digno castillito de arena.
El incansable Miguelito arreglaba pequeños desperfectos.
Han disfrutado de lo lindo con la construcción.
Ya sólo quedaba la llegada del mar.
El descanso de la princesa del castillo. SALUD.
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