Película que debieran ver las "cabezas pensantes" de nuestro sistema educativo. Que intenten ponerse en la piel de este profesor , de carne y hueso. Adrien Brody - icono del profesor sustituto hoy día- sabe transmitir la tristeza profunda, la del alma, como él solo. Porque el escenario educacional es el alma en estado crudo. "Hoy me he dado cuenta de una cosa: soy una persona inexistente". "Aunque me ves, estoy vacío".
Lo doloroso es tanta sinceridad como para cuestionar el sistema educativo global, no ya a nivel didáctico, sino a nivel humano. "Fracasamos porque hemos decepcionados a todo el mundo, incluso a nosotros mismos". Cualquier proceso educativo tiene lugar en una sociedad, en una humanidad, ya podrida de raíz, quemada, falsa, donde los problemas de los grandes, de los mayores, de los que enseñan, pasan como una pandemia a los más jóvenes, a los escolares, a los que aprenden.
"Todo lo que hacemos, es por salir, de la complejidad de la realidad".
El profesor asume su fracaso en este mar de dolor - los maestros superados por la circunstancias, su padre enfermo de Alzheimer, el suicidio de una alumna obesa ( con unas aptitudes artísticas geniales ) enamorada de él, la prostitución juvenil ( quizás su único éxito es salvar a esa jovencita perdida, extraordinariamente interpretada por Sami Gayle ), los servicios sociales, la privatización regida por criterios meramente económicos, la caótica y deshumanizada vida urbana,...
Pero reconocerse fracasado no le lleva a la inacción. Se dedica a pelear para que los demás salgan adelante. Desde los alumnos - a los que sólo va a ver durante un mes -, hasta la puta que se encuentra en la calle. No se rinde cuando se trata de luchar por otros. Él, en cambio, no se perdona.
Puede considerarse una película depresiva porque la situación en nuestras vidas, por lo general, es depresiva. Menciona en los momentos culminantes al gran Allan Poe, a la caída de la casa de Usher, a ese "abatimiento, a ese estado de ánimo, a ese malestar del corazón" que todos llevamos dentro. Sólo queda el silencio y la reflexión. Frente a ese caos, un espejo que retrata a Poe. Todas las miradas puestas en las cosas que se han perdido, en el cuerpo vacío que se sueña invisible. La realidad, tan intacta y tan perfecta, que hace temblar hasta los extremos del cabello.
Su director, Tony Kaye, demuestra maestría y gran poder narrativo. Ve a verla. SALUD.
P.D. Paradigmática la escena en la que una madre que no sabe educar a su hija, se dedica a dar lecciones y a exigir violentamente a una profesora que se encargue del problema. Visión pesimista de la educación, pero visión real como la vida misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario