"En la vida, lo importante es la capacidad de responder ante el sufrimiento del prójimo." (Ludwig Wittgenstein)

lunes, 21 de mayo de 2012

Guadalupe y Berzocana (Cáceres)

¿Existe mejor terapia que compartir con unos amigos un viaje de placer? Creo que no.
Esta feria escogimos la bella tierra de Extremadura este, la comarca de las Villuercas, representadas por Puebla de Guadalupe y Berzocana - aunque también llegamos hasta Alía, última población antes de adentrarnos en la provincia de Toledo -. ¡Cuánta belleza natural esconde las tierras cacereñas!
Mucho se ha escrito sobre Guadalupe, su historia, su patrimonio, su economía, su gastronomía,...pero lo más acertado es vivirla "in situ". Parece mentira que un pueblecito de apenas dos mil habitantes pueda encerrar tanta belleza. Arcos ( de San Pedro, de Sevilla, de las Eras, del Tinte y del Chorro Gordo ), Plazas ( de Santa María de Guadalupe, de la Pasión, de los Tres Chorros ), singulares e históricos "hospitales" ( de San Juan Bautista; de Mujeres y San Sebastián - ambos del siglo XV - ), casas y callejuelas preciosas - calle de Ruperto Cordero, de Lorenzo Alcaraz,...), y por supuesto, el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe.
A cinco kilómetros del pueblo, merece una visita la ermita del Humilladero, en plena naturaleza salvaje y con unas vistas maravillosas. La Granja de Mirabel no se puede visitar porque es privada. No sé el porqué la declaran monumento nacional y bien de interés cultural, y luego, no es visitable.
Destaco igualmente, Berzocana, con su basílica - donde están enterrados San Fulgencio y Santa Florentina, hermanos de San Isidoro de Sevilla -, sus cuevas y sus pinturas rupestres, además de su tesoro - ya en el Museo Arqueológico de Madrid -.
Recomendaciones:
Alojamiento: Hotel rural Las Atalayas ( vistas magníficas, aparcamiento propio, amabilidad ).
Restaurantes: Hospedería del Real Monasterio y cervecería en la calle Sevilla.
Platos exquisitos: Revuelto de boletus -un tipo de seta - con foie, las típicas migas, la perdiz estofada y el guiso de venado. El queso de cabra - marca Los Moreno - quita el sentido. Lo peor: los tintos de Ruiz Torres - muy lejos de la calidad de otras zonas de Extremadura - y los de pitarra - excesivamente fuertes para mi paladar -. De dulces, los famosos muégados y las perrunillas.
Lo mejor de todo: el compartir con Manolo, Marisa, Pepa y Celia, vivencias que quedarán en nuestros corazones. SALUD.

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