Ha sido el descubrimiento azaroso de uno de los primeros autores que escribió novela policíaca en catalán. Setenta y ocho páginas deslumbrantes de una obra que ha tenido más de treinta ediciones. Fue la primera novela de la colección "La cua de palla" que la editorial Edicions 62 inició en el año 1965. MANUEL DE PEDROLO (1918-1990) es uno de los escritores más importantes de la literatura catalana del siglo XX. Sufrió la censura por el erotismo y las ideas catalanistas y progresistas de sus obras.
Un joven (Xavier) se enamora de una desconocida (June), ambos empiezan a verse, a intimar, y un día ella le suelta que solamente podrán estar juntos si él comete un asesinato. Esta vendría a ser la premisa de la novela. Parece simple; no obstante, el argumento se va volviendo cada vez más complejo, más consciente.
"Y, mientras tanto, dentro de mí convivían diferentes personas. El hombre honesto que yo había sido hasta entonces, respetuoso con el orden y con la ley. El chico que, por primera vez, descubre un objetivo concreto que le dará sentido a su existencia. El ciudadano que tiene miedo de la justicia y vive sin complicaciones. Y el individuo consciente de que ha caído en una trampa preparada ya antes de su nacimiento y dentro de la cual morirá. Una trampa que lo condena a la miseria, a la rutina, que lo convierte en un ser cargado de deudas y sin ningún derecho"(40).
En Juego sucio se acomodan los estándares de la novela negra. Por ejemplo, el arquetipo de la femme fatale, o el tropo de la trama de investigación y venganza.
"Entonces pensé que Juna no era una buena chica, porque me había obligado a matar. Pero, de golpe, me acordé de su belleza, y de lo que yo la deseaba... Y me olvidé de toda la verdad cruel"(49).
Pedrolo podría haber escapado a esto haciendo reflexiones sobre la confianza, el amor, o quizás explorando a los personajes, pero no; nos entrega una novela con una narrativa funcional y unos personajes unidimensionales cuya caracterización va simplemente ligada a tirar el argumento adelante. El protagonista, sin ir más lejos: es espabilado, no lo hace nada mal, lo de ser un detective amateur; no obstante, comente descuidos garrafales en varias ocasiones, tan estúpidos que parece que Pedrolo los puso solamente para prolongar unas cuantas páginas esta escueta historia.
"Me parecía que ella me lo había quitado todo: el pasado que compartimos, y el futuro que esperaba tener con ella"(62).
No hay comentarios:
Publicar un comentario