Después de la Primera Comunión de mis sobrinos nos tocaba hacer de titos en Disneyland París.
El recibimiento en el hotel muy personalizado pero pensado para sacar todos "los cuartos posibles" ( cervezas a 7 euros).
Llegada a las puertas del castillo muy temprano antes de la "marabunta humana".
El primer día se hace necesario el plano para dominar un espacio tan grande de atracciones.
Todo resulta espectacular pero no estaba preparado para colas de hasta 50 minutos.
El buen tiempo colaboró en el "achicharramiento" de los doloridos pies.
La decoración de las diversas atracciones son excelentes, mágicas, de ensueño.
¡ Cuánto nos reímos en esta atracción con las fotos disparando a las dianas !
Quizás lo peor de Disneyland sea el avituallamiento: comida basura y muy cara.
La cabalgata de las cinco de la tarde muy vistosa. Aconsejo aprovechar esa hora para visitar la atracción que se desee sin colas - Piratas del Caribe, Ratatouille, ...-,imposibles a otras horas.
Aunque los niños - de todas las naciones y continentes, sin excepciones - se vuelven caprichosos e insoportables, merece la pena visitar este parque una vez en la vida. Eso sí, preparen la cartera para dejarla aquí y regresar a España con la calderilla.
P.D. Otro aspecto positivo, es con las ganas que se vuelve a la dieta mediterránea, a nuestras tapitas, cervecitas y vinitos. ¡ Qué poco valoramos lo nuestro ! SALUD.
L
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