Pocos fotógrafos captan la belleza de su tierra como Nika (José Prado).
¿No es la vida en el tiempo, en su espléndida gratuidad, un sueño al fin y al cabo?
¿Es posible que despertemos, reconociéndolo como tal, al fraternal desapego, a esa lucidez insobornable del amor, a la belleza dada?
La auténtica religiosidad sólo puede ser el fruto de la extrema pobreza, la que nada ambiciona, la que nada se arroga, la que sabe sin saber y hace de la eterna desposesión su morada de alegría.
A veinticuatro horas para partir hacia Galicia, me has emocionado.
¿No merece la pena apartar cuanto damos por sabido y echar un vistazo inmediato aquí, en nosotros mismos?
El primer asomo de sabiduría consiste en confesarnos que no sabemos nada en absoluto.
Y esta gran cerveza ayuda a la lucidez. SALUD.
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