El naufragio de una lancha en las cercanías de la isla italiana de Lampedusa con unos 500 migrantes es una de las mayores tragedias ocurridas en el Mediterráneo. Hasta ahora son 105 los cadáveres recuperados, pero se calcula que otros 100 permanecen en el casco de la embarcación que yace en el fondo del mar a unos 47 metros de profundidad. Los socorristas han rescatado a 151 personas, por lo que las víctimas podrían ser más de 300. La tragedia paralizó Italia y causó pavor en toda Europa, cuya falta de política frente a la inmigración ha quedado completamente en evidencia.
Según se ha reconstruido con los testimonios de los supervivientes, en la lancha viajaban hacinadas unas 500 personas, entre ellas mujeres y niños, procedentes del África subsahariana, la mayoría de Eritrea, Somalia y Ghana, que habían salido un par de días antes del puerto de Misrata, en Libia. La tragedia fue provocada por un fuego encendido dentro de la lancha cuando ya estaba cerca de la costa de la isla de los Conejos, con el fin de llamar la atención y recibir ayuda, ya que no tenían teléfono móvil. El incendio se propagó rápidamente y los ocupantes de la embarcación asustados se lanzaron al mar, lo que provocó que volcase.
Algunos supervivientes aseguraron que varios pesqueros les avistaron, pero que no los socorrieron. Sí lo hicieron otros dos que faenaban en las proximidades y que fueron de los primeros en dar la voz de alarma. En el rescate trabajan casi todos los habitantes de Lampedusa, que han puesto a disposición de la operación sus barcos de pesca para ayudar a las lanchas de la Guardia Costera a transportar al puerto los cadáveres que flotan en medio del mar. Desde Roma han enviado un avión Canadair de los bomberos con buceadores.
Entre los supervivientes hay 30 niños, uno de ellos de tan solo 3 meses, así como tres embarazadas. Siete personas han sido ingresadas en el pequeño hospital de la isla con síntomas de hipotermia y problemas de respiración. De Lampedusa han sido evacuadas en helicóptero hacia Sicilia dos mujeres que han ingerido carburante y una niña con problemas en la piel.
Mientras, los cadáveres de los emigrantes eran alineados en el muelle Favarolo. Como el número no cesaba de aumentar, las autoridades decidieron trasladarlos a un hangar del aeropuerto para llevarlos a Sicilia, donde serán enterrados, ya que el cementerio de Lampedusa no tiene espacio para tantos muertos.
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