Termino mi primer verano en Galicia como jubilado.
Siempre visito en Rianxo a mis amigos Alfil y Caballo.
No se puede entender GALICIA sin la SANTA COMPAÑA.
Cada amanecer ha sido un regalo.
Con PÍO BAROJA en el GAIAS.
Echaré de menos ir temprano a comprar el pan y tener estas vistas.
Los viejos hórreos te dicen más que los libros de historia.
Mis pies y mis manos.
Huella de las antiguas fábricas pobrenses.
Homenaje a un gran pintor pobrense que falleció tempranamente.
Estatua con su poema incluido en la Alameda de Santiago de Compostela.
Vista la Catedral desde la propia Alameda.
No podía despedirme de Santiago sin sentarme un ratito con Valle-Inclán. SALUD.
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