El pasado jueves, DAVID (padre de VALENTINA), me comunicó que debía estar el sábado a las 11:45 en el pabellón de GUADALCACÍN, con ropa fresquita.
Me tenían preparadas varias sorpresas. La primera, un partido entre las niñas de la cantera y las viejas glorias. El señor colegiado, D. ANDRÉS SÁNCHEZ, pitó seis penaltis a favor de las féminas. ¿Estaría comprado? Las sonrisas pudieron verse durante todo el partido.
La segunda, tras el partido fue la visita a la piscina municipal donde almorzaríamos. Nuestras sirenas completaron más cuatro horas en el agua. Increíble pero cierto.
Las jugadoras lo pasaron francamente bien y con alegría. Estos serán los momentos inolvidables que nunca olvidarán. Forman un conjunto único e irrepetible.
La tercera, cuando tras el primer chapuzón me hicieron varios presentes que hacen emocionarte. Cuanto mayor me hago más sensible me estoy volviendo. MANOLO GARCÍA los recibirá mañana.
Agradezco enormemente el precioso álbum fotográfico que refleja fielmente a toda la cantera en una temporada para enmarcar. UN MILLÓN DE GRACIAS.
El calor agobiante sirvió para que buscáramos la sombrita en grupo. Todos estuvimos de acuerdo: este grupo humano debe continuar. Sería una lástima que se perdiera.
Otro precioso detalle que tendré en la mesa de mi colegio durante mi último curso de vida profesional. Ojalá consigáis esas cuatro horas semanales de pabellón para que las niñas sigan creciendo futbolísticamente.
Sólo nos queda desear toda la suerte del mundo a estas magníficas jugadoras y a sus familias. Os echaremos de menos. Siempre estaréis en nuestros corazones. SALUD.
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