OBRA MAESTRA

Tras visionar la primera temporada completa debo reconocer que esta serie del 2003 es una auténtica obra maestra.

Ambientada en la Gran depresión de los Estados Unidos de 1929, sigue los avatares de un circo ambulante que recogerá al gran protagonista de la serie, BEN HAWKINS, joven misterioso con poderes curanderos. Representará al BIEN sin saberlo.

El HERMANO JUSTIN CROWE, predicador metodista que atiende a niños huérfanos, también sin saberlo, irá autoconociéndose como la representación del MAL. El DESTINO y el LIBRE ALBEDRÍO, las dos caras de una misma moneda, moldeará la existencia de todos los personajes.

Es una serie coral donde nos sentiremos unidos a cada personaje: SAMSON (el enano director de la caravana), JONESY (el ex-jugador de beisbol con prótesis), APOLLONIA (vidente postrada siempre en su cama) y su adorable hija SOFIE (cartas del Tarot), LODZ (el mentalista ciego), la FAMILIA DREYFFUS (bailes sensuales), LILA (la mujer barbuda), el PATRÓN (de quien solo conocemos la voz), RUTHIE ( la encantadora de serpientes), DOLAN (ambicioso locutor de radio),...Nos haremos partícipes de sus vidas, de sus problemas, de sus sueños y fracasos.

Tiene una de las mejores ambientaciones de la historia de la televisión (su alto presupuesto hizo que quedara inconclusa tras su segunda temporada) y una banda sonora fabulosa (que apuntala los momentos más significativos).

El mundo de los sueños dará apertura a una batalla cumbre entre el BIEN y el MAL, llena de referencias religiosas, históricas y esotéricas. Es una lucha eterna desde que el hombre es hombre. En esta primera temporada, el equilibrio es perfecto entre el seguimiento de la vida cotidiana del circo ambulante y el aspecto más esotérico de la serie.

Estoy deseando disponer de tiempo libre para ponerme con la segunda temporada, aún a sabiendas que será la última. HBO dejó paralizada las otras cuatro temporadas que estaban en proyecto. SALUD.