El puñetero Covid nos está impidiendo hacer las excursiones que tanto nos alegraban la vida.
Tener un amigo como MANOLO PERALES es un auténtico regalo del destino.
Esta excursión al Caminito del Rey fue nuestra última aventura.
Con sus ochenta y cinco años de edad es más valiente que yo.
En determinados tramos tuve cierto vértigo mientras MANOLO casi corría.
Parece mentira que anduvieran por el verdadero y antiquísimo camino.
Merece la pena realizar el Caminito una vez en la vida.
Ojalá en unos meses podamos volver a gozar de nuestras excursiones. SALUD.
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