Las playas del Algarve portugués son espectaculares.
Las aguas de la Ponta da Piedade imponen por su bravura.
Desde cualquier perspectiva la belleza es inaudita.
Su faro está muy protegido por ser centro vital de telecomunicaciones.
Resulta imposible bañarse dada la peligrosidad de la marea.
La fuerza de la resaca es demoledora.
La playa da Roche de Portimao es maravillosa por los servicios que prestan.
La comida y la bebida te la llevan a tu hamaca que dispone incluso de mesita. Nunca había visto una cosa igual.
La Marina de Lagos es una tentación para las personas adictas a las compras.
La estatua del Infante D. HENRIQUE preside el paseo marítimo de Lagos.
La última anécdota del viaje fue una señora de una excursión portuguesa que quiso fotografiarse junto al escudo del GUADA. SALUD.
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