¡Cuántos encantos tiene la isla de Mallorca!
Se necesitaría toda una vida para gozar de cada lugar.
La señorial catedral es quizás el símbolo de la capital.
De noche y de día, su belleza anonada.
El surtidor de agua da vida a unas vistas preciosas.
Desde Magalluf el autobús para muy cerca de la catedral.
El Domingo de Ramos fue una sorpresa encontrarnos con la parafernalia episcopal.
Llena a rebosar con todas sus galas iluminadas.
Es un día especial al año.
Enfrente de la catedral, la Almudaina.
Las reliquias de Santa Ana en su urna.
Vista obligada es la Fundación Miró.
Martel, el descubridor de las Cuevas del Drach.
Visitarlas con la familia ha sido muy simpático y agradable.
Vista de las instalaciones hoteleras desde la ventana del apartamento.
Sa Llotja, obra maestra de la arquitectura gótica en Mallorca.
La imponente torre circular del Castillo de Bellver.
Sorpresiva exposición sobre Picasso, en la estación de tren de Sóller.
Creación de perlas artificiales Majorica, en Manacor, la tierra de Rafa Nadal.
Y lo mejor siempre, la compañía de la familia. SALUD.
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