Después de tres semanas de final, con doce partidas finalizadas en tablas, el Campeonato del Mundo de Ajedrez se decidió en las poco más de tres horas que necesitó Magnus Carlsen para ganar a Fabiano Caruana las tres primeras partidas semirrápidas del desempate. El noruego no dio opción a su rival y retuvo por tercera vez el título mundial. Desde 2013 no ha habido otro gran maestro en la cúspide del ajedrez.
Este lunes, en la duodécima partida de la final del Mundial de ajedrez, Carlsen solicitó tablas a Caruana. El noruego tenía más opciones de llevarse el choque y sorprendió cuando solicitó tablas a su rival, que lo aceptó sin titubear. ¿Por qué? Teóricamente porque Carlsen era superior al estadounidense en partidas rápidas, que es la fase a la que se llegó este miércoles en 'The College', sede del enfrentamiento.
Fue ahí, en el desempate, donde Carlsen ganó a Sergey Kariakin en la final disputada hace dos años en Nueva York. Esta vez su triunfo fue incluso más claro. En 2016 se impuso por 3-1 y en Londres lo ha hecho por 3-0. Venció la primera partida con blancas (jugada a 25 minutos más 10 segundos por movimiento) tras un error de Caruana en la jugada 37. Repitió en la segunda con negras y de nuevo ganó la tercera con blancas. Un triunfo contundente, muy diferente a la igualdad que había dominado las partidas clásicas.
Con su cuarto título, y con solo 27 años, Carlsen supera al ruso Vladimir Kramnik y se queda a un solo título del indio Viswanathan Anand, a quien venció en 2013 para proclamarse campeón mundial por primera vez.
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