Comienzo una nueva serie de lecturas: las correspondientes al personaje creado por Andrea Camilleri: el comisario Montalbano. Percíbase la referencia explícita a la obra de nuestro genial, Vázquez Montalbán. Nunca es tarde si la dicha es buena.
Quiero saber el porqué es hoy día, el escritor más popular de Italia y uno de los autores más leídos de Europa.
Estamos en la isla de Sicilia, en concreto, en la localidad de Vigata - provincia de Montelusa - aunque en realidad corresponden a Porto Empedocle (recuérdese que es donde nació Andrea en 1925) y Agrigento -. El comisario Salvo Montalbano, se topará con un caso en el que Silvio Luparello, un conocido y empresario, aparecerá muerto semidesnudo en el interior de su coche en un arrabal donde reina la prostitución y la droga. Todo apunta a que ha fallecido de un ataque al corazón después de haber mantenido relaciones íntimas con una persona desconocida. Pero Montalbano no se fía y su instinto, le lleva a otras hipótesis. Y todo ello, en medio de la corrupción mafiosa siciliana de siempre: concurso de adjudicaciones amañados, comisiones millonarias, tráfico de divisas, blanqueo de dinero, presiones rayanas en el chantaje,...Aquí queda simbolizada en la guerra encarnizada entre los Cuffaro y los Sinagra de Fela.
Llama la atención, la cantidad de personajes que salen en la obra. Es un planteamiento coral.
El título tiene que ver con esta confluencia de personajes. "El agua no tiene forma. Toma la forma que le dan" (pág. 141). Y cada uno representa una pieza del rompecabezas.
Desde el sargento Fazio, los basureros Pino y Saro (importantes desde el principio), el juez Lo Bianco, Jacomuzzi (jefe de la científica), el doctor Pasquano, el abogado Rizzo (pagará caro su desmedida ambición), Gegè (el chulo del aprisco), Giosuè Contino (maestro de primaria cornudo), Zito (periodista de TV Retelibera), Ingrid Sjostrom ("debía de ser de esa clase de mujeres que cuando ve una ducha no puede resistir el impulso de utilizarla"),...hasta la novia de nuestro comisario, Anna, quien vive en Génova.
De Montalbano sabremos a partir de esta primera entrega:
* que nunca lleva su pistola encima sino en la guantera del coche;
* que posee un particular lunar bajo el ojo izquierdo;
* que llega a momentos de lucidez extrema ("fue entonces cuando un cegador flash le estalló en el cerebro, oscureciendo incluso la luz del cuarto de baño. La verdad es luz"- pág. 187-);
* que Adelina es su querida empleada de hogar, madre de dos presos, el menor de los cuales había sido detenido por el propio Montalbano tres años atrás, y aún estaba en la cárcel;
* que le gusta los buenos vinos (los blancos de Raudazzo) y el Chivas;
* que domina la pintura ( reconoce perfectamente las obras de Guttuso, Melli, Mafai, Pirandello, Donghi,...);
* que le gustan ciertos verbos como "tambasiùre"(que significa ponerse a pasear de habitación en habitación sin un propósito definido, ocupándose en fruslerías) y "accuttufare" (significa tanto recibir palos como apartarse de la sociedad);
* que es de izquierdas ("Dottó, siempre lo he pensado: usted es comunista"(pág. 212).
Termino con la definición de su gran amigo, el jefe superior de policía, cuya esposa (Elisa) preparaba unos pulpitos para chuparse los dedos: " Usted me fascina. El suyo es un elevado ejercicio de inteligencia. A veces me parece usted un equilibrista que se mueve en la cuerda floja y sin red de protección"(pág. 210).
Camilleri tiene una forma de escribir muy directa, concisa, activa y con mucho diálogo. Imposible aburrirte. Me pongo inmediatamente con la segunda entrega. SALUD.
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