No voy a presentar batalla ante esta directriz del señor inspector, avalada por el equipo directivo. Está perdida de antemano. Guardaré mis pocas fuerzas (recién cumplidos los cincuenta años y los veintiocho de experiencia docente) para volver a dar lo mejor de mí mismo, procurando extraer lo más positivo del apoyo. Trabajar como maestro es todo un privilegio, en un país con más de seis millones de parados. SALUD.
P.D. Lo cortés no quita lo valiente. Gracias al señor director, por dejarnos la pista para entrenar, mientras no se abran las instalaciones municipales. Gracias en nombre del club Sanlúcar Féminas.
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