La segunda obra - véase referencia a su primera "Cazadores de Humo" - del enciclopédico Óscar Lobato, nos meterá de lleno en el Centro de Nuevas Tecnologías, Alta Escuela y Universidad de las Ramas Ecuestres. Comenzará en Jerez de la Frontera y terminará en Budapest, desmenuzando tres crímenes casi perfectos durante los cuales, hasta los caballos parecen haberse vuelto dementes.
Reconozco mis prejuicios hacia ese mundo elitista ("la equitación se la ve como un deporte privativo de niñatos millonarios y petimetres engominados"), pero no fue razón suficiente para que no terminara de engancharme la trama de asesinatos, caballos, sexo y poder. Nada que ver con el mal de las tres ches que contaminan a muchos jinetes: "chulos, chuecos y chichisbeos".
Se percibe en sus páginas la tristeza por demostrar que en Centhaure, sólo importaba la victoria, los patrocinadores, el éxito. El legado espiritual de la equitación (salvo el papel quijotesco de Alcaudón, superego de Óscar) "es una bandera hecha jirones y barrida por el huracán de los tiempos".
Repetirá su estrategia de "las cuatro erres dobles de la tensión periodística" ( sin ahorrar horror, sin error de aburrir), y los cinco pilares del interés social (sangre, horror, terror, pavor y sexo) con los que el éxito está garantizado.
De los múltiples personajes que aparecen por el recinto - y posibles candidatos a asesinos - destacaremos a:
* Lluvia Ruiz-Gollury, inteligentísima y maquiavélica sobrina de Don Cosme ("condenadamente estupenda") que odia a los hombres ("La adrenalina de los tíos contiene un alto grado de gilipollez");
* Sus sobrinas Sol y Elvira, menores de edad, quienes engañarán vílmente al estoico Hugo;
* Núñez ("durante el trayecto dispensó a Marcos un curso de doctorado sobre corrupción, fraude y sobornos varios");
* Marcos Cruz (niño de mamá que esconde su homosexualidad y a quien Lluvia mantiene a raya);
* Cosme Mendoza y Urdíbil, enfermo señor mandamás de Centhaure ("Todo en esta vida tiene un precio, la clave del éxito es saber tasarlo");
* Hugo Alconchel, alias Alcaudón ("ese costurón suyo de la frente a la barbilla da miedo";"..si parece Freddy Krueger disfrazado de Johnnie Walker") quien desde niño era víctima de un ávido humanismo. Creía que la lectura asidua de grandes obras y el afán de conocer permiten al hombre vivir mejor. Leer daba alas para volar libre. Su abuelo se lo había inculcado así.Sus dos únicos aliados serán un libro de historia y un gran vaso de aloja escarchada (agua, miel, canela, jengibre, clavo, pimienta, nuez moscada y abundante granizada de hielo picado). Por otra parte, "para él, las mujeres habían sido como las espadas: le infundían temor si estaban desnudas;
* Etel, mujer húngara que cambiará su vida, gratamente;
* Guadalupe Siruela, hija, nieta y bisnieta de picoletos; y,
* Teresita (hermana de Guadalupe), la alumna más prometedora de Lluvia, en el núcleo de Doma.
A lo largo de las más de trescientas cincuenta páginas, Óscar Lobato hará gala de un saber enciclopédico sobre el mundo de los caballos y sus razas (shagya, falabella, lobero, apalusa norteamericano, holstein, alazán, hannoveriano, trakehner, akhal-teké,...), sobre los mejores maestros de la verdadera equitación (Juan Bautista Pignatelli, Antonio Pluvinel, Francisco Robichou de la Guérinière,...), sobre los mejores ejercicios - a nivel histórico y mundial -, ...pero sobre todo, un sentido del humor plenamente andaluz ("Ligaba menos que un panda disecado";"Los de Cádiz, siempre igual, perdiendo aceite").
No quiero dar más pistas sobre este nuevo genio de la novela negra."El mejor jinete siempre galopará en las virtudes de sus discípulos" ( Antonio Pluvinel ).
Anécdota: Sanlúcar aparecerá en la obra, en su página 108, como centro de trapicheo de drogas. No tenemos solución.SALUD.
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