Esta magnífica serie está consiguiendo que me olvide temporalmente del dolor de la operación del tendón de Aquiles, de la pierna izquierda.
Walter White (Bryan Cranston) es un aplicado profesor de instituto, padre de un joven discapacitado y con una mujer (Anna Gunn) embarazada. Walt, además, trabaja en un lavadero de coches por las tardes. Cuando le diagnostican un cáncer pulmonar terminal se plantea qué pasará con su familia cuando él muera. Por ello decide contactar con un antiguo alumno suyo (Aaron Paul) para fabricar y vender metanfetamina y así asegurar el bienestar económico de su familia. Mientras tanto, el acercamiento al mundo de las drogas y el trato con traficantes y mafiosos contamina la personalidad de Walter, el cual va abandonando poco a poco su personalidad recta y predecible para convertirse en alguien sin demasiados escrúpulos cuando se trata de conseguir lo que quiere.
El bien y el mal, la verdad y la mentira, lo legal y lo ilegal se mezclan de tal manera que no resulta fácil juzgar a nadie.He visualizado toda la primera temporada. Magistral. Me quedan cuatro temporadas más. Tiempo habrá. SALUD.
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