¿Por qué nadie intenta de una vez por todas desde las diversas poltronas reducir la ratio universal a 1/15?¿Qué hay oculto para que se avergüencen de ello? Es indudable que los niños de hoy día son mucho más difíciles de llevar que los de ayer. La convivencia en el aula se hace irrespirable ya a partir de un quinto con veinticinco alumnas/os. La hiperactividad y la falta de atención que se notan en el ambiente evita una mayor eficacia de cualquier método pedagógico y de cualquier estrategia de motivación.
Lo más simpático del asunto, es que quienes más se niegan a esta reducción de la ratio son los que no trabajan con niños. Desde los consejeros/as de educación, directores/as generales, delegadas/os provinciales e inspectoras/es hasta los propios compañeros que se convierten en asesores, orientadores -una auténtica plaga para que cada año estemos más desorientados-y cargos directivos que empiezan a compartir el "pensamiento único"de la Administración Educativa.
Por cierto, cuando os digan que la Administración somos todos todos, llamadlos hipócritas y mencionad mi ejemplo. Cuando fuí expedientado por "falta de obediencia debida a superior jerárquico"no tuve más defensa que la mía - la que quisiera buscar y pagar -, y ellos contaron con todo un equipo jurídico gratis. Hasta ese momento no comprendí la gran mentira de esa frase.
Para terminar, creo sinceramente en la reducción de la ratio a uno-quince como condición sine qua non para empezar de verdad una revolución en las escuelas.
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