Maravillosa miniserie (de siete capítulos estratégicos) para los amantes del ajedrez, con una actriz (Anya Taylor-Joy en su papel de Elisabeth Harmon) que hipnotiza con su gama de miradas.
Basada en un libro de Walter Tevis, durante el primer capítulo la niña huérfana (sorprendente, Isla Johnston) será iniciada en este maravilloso juego por el conserje (Bill Camp) del hospicio.
Perfecta dirección de Scott Frank, antológica fotografía de Steven Meizler y deliciosa banda sonora de Carlos Rafael Rivera.
La madre adoptante (Marielle Heller) jugará un importante papel en la estabilidad emocional de la campeona.
La adicción a las pastillas y al alcohol estará a punto de destrozar la carrera ajedrecística de Beth.
Con el campeón estadounidense (Benny Watts, Thomas Brodie-Sangster) hará una gran amistad. La labor de equipo que compartirán será fundamental para la victoria final.
El famoso vasito de plástico con las pastillas diarias a las que se haría adicta.
Pasito a paso, irá superándose a sí misma hasta convertirse en la mejor ajedrecista de todos los tiempos.
El capítulo final es soberbio y su paseo por Moscú jugando con los lugareños, simplemente, grandioso. Homenaje encomiable al ajedrez. SALUD.
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