En la temporada más difícil de la historia, solo nos queda perseverar en los entrenamientos.
Debo agradecer a todas las jugadoras y sus familias el esfuerzo por continuar con esta ilusión.
Las duras circunstancias están suponiendo un aprendizaje diario.
Nadie podrá dudar de nuestra pasión por el fútbol sala femenino de cantera.
A la salida para Sanlúcar nos encontramos con un rebaño de ovejas.
Fue la anécdota divertida del día. SALUD.
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