Tras ver los ocho capítulos de PATRIA - serie creada por Aitor Gabilondo desde una perfecta adaptación del exitoso texto de Fernando Aramburu -, debo reconocer que se convierte en imprescindible, para entender el conflicto vasco que tantas muertes provocó, y que tanto sufrimiento trajo, para todas las partes implicadas.
Hacía mucho tiempo que no lloraba tanto como en las escenas finales. Preparen los pañuelos las personas de buen corazón.
Los monólogos de Bittori delante de la tumba de su marido asesinado (Txato) son inolvidables.
Dos extraordinarias actrices vascas (Elena Irureta y Ane Gabarain) interpretarán a las amigas (Bittori y Miren) que simbolizarán las dos partes del conflicto independentista. Están deslumbrantes.
El eje central de la reconciliación estará formado por Bittori y Arantxa. Es un canto de esperanza y de paz durante los ocho capítulos. Conseguirán su objetivo final.
Gorka ejercerá de magnífico escritor en euskera, utilizando la palabra creativa en vez de las armas asesinas. Es un personaje de exquisita sensibilidad frente a todo el odio y la sinrazón que le rodea.
Las visitas de la madre a Jose Mari, en la prisión del Puerto, demuestran también el dolor de las familias tan alejadas de sus seres queridos.
Nerea (Susana Abaitua) vivirá de modo especial toda la trama. Pasará gran parte de los años malos en Zaragoza donde terminará su carrera y empezará a trabajar. Su hermano Xabier (Iñigo Aranbari) que sí se lleva muy bien con su madre, no saldrá del Pais Vasco.
Jose Mari (Jon Olivares) es parte fundamental de todo el montaje contra el empresario vasco. Su familia formada por el padre (Joxian, Mikel Laskurain), su hermana (Arantxa, Loreto Mauleón) y su hermano Gorka (Eneko Sagardoy) quedará desbordada por los acontecimientos.
El asesinato del Txato (José Ramón Soroiz) nos sobrecogerá varias veces, a lo largo de la serie, calando en la conciencia del espectador. ¿Aprenderemos de esta lección desgarradora de la historia de España? SALUD.
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