Fue el espeólogo francés E.A. Martell quién descubrió la cueva que actualmente se visita.
Entre 1922 y 1935 se acondicionó parte de la cueva para poder ser visitada.
El recorrido es de unos 1.200 metros con un desnivel de 25 metros.
Termina con un concierto de diez minutos de música clásica (dos violines, un violonchelo y un armónium).
En el interior hay varios lagos, siendo el mayor de ellos el lago Martell, de unos 170 metros de longitud y una profundidad de entre 4 y 12 metros.En su interior encontraremos rocas carbonatadas con una antigüedad de entre 11 y 5,3 millones de años.
La temperatura de la cueva varía entre los 17° y 21°.
El agua se mantiene entre los 18° y 19°.
Merece la pena visitar esta cueva.
La actuación musical resulta onírica con todas las luces apagadas y las barcas viniendo desde lejos.
Es el único momento donde está prohibido hacer fotos.
Para terminar te dan un corto paseito en barca. Salud.
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