miércoles, 25 de mayo de 2011

Lectura Recomendada: "Los sinsabores del verdadero policía" de Roberto Bolaño


Vargas Llosa vino a decir en una entrevista de RTVE que para ser lector de Bolaño hace falta una gran concentración y un alto nivel cultural para el que no todo el mundo está preparado. Su obra 2666 es el primer clásico inmortal del siglo XXI. Me dejó alucinado, por lo que he cogido este nuevo título, con pasión lectora.
Desde su muerte en 2003, el Universo Bolaño no ha dejado de crecer. Esta obra es un ejemplo de ese Universo. No nos extraña que empezara a redactarla en los años ochenta y que en 2003 la considerara aún inacabada, porque aunque hubiera fallecido treinta años más tarde seguiría siendo así. En ella está todo Bolaño: Chile, el exilio, México, Barcelona, la poesía latinoamericana, la francesa, la española, la vida, la universidad, la política, las contradicciones que conlleva tratar de ser consecuente, la brutalidad, el sexo, el amor, Europa, Arcimboldi, Santa Teresa, la miseria y las trampas del poder. Pero, ante todo, encontramos el amor a los libros: “Menos mal que he leído. Menos mal que aún puedo leer.”
Un profesor universitario chileno, Amalfitano, viudo de cincuenta años, y su hija Rosa, de diecisiete, tras una vida nómada que les lleva por medio mundo, recalan en Barcelona, donde pasan un año, hasta que tienen que marchar a Santa Teresa, al norte de México: personajes y lugares que ya han aparecido en libros anteriores. Pero lo más importante en este libro, aquí más que nunca, es que siempre son personajes vivos, que casi podemos tocar. Dice Massoliver Ródenas, en el prólogo, que la estructura es semejante a la de Rayuela. Es posible: sobre la trama principal se superponen fragmentos que algún lector no siempre considerará imprescindibles. Leemos “que el Todo es imposible, que el conocimiento es una forma de clarificar fragmentos.” Bolaño nos ofrece estos fragmentos sabiendo que “un libro era un laberinto y un desierto.” Su laberinto y su desierto. Como él decía: “MI NOVELA”. Pero la novela, a la altura de las mejores de las suyas, no finaliza en sus manos. Deja en el aire algunas de las historias, para que nuestra imaginación les ponga final. Nos quedamos con la sensación de que sabemos quién es el mago que actúa en Santa Teresa. Intuimos, aunque no nos dice nada, el final de Rosa. Corresponde al lector enlazar esos fragmentos, darles forma definitiva, encontrar la salida al laberinto, al desierto, que según su admirado Borges, es el más secreto de los laberintos. Y ya Bolaño nos dice: “Que no era más cómodo leer que escribir. Que leyendo se aprendía a dudar y a recordar. Que la memoria era el amor.” Decir que estamos ante una de las mejores novelas de Bolaño es decir que estamos ante una de las mejores novelas de nuestro tiempo. Léanla.

"El policía es el lector, que busca en vano ordenar esta novela endemoniada"(Roberto Bolaño).

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