Tres días de viento y lluvia nos recuerda que ya es otoño.
Días para estar en casa y engordar.
Cuando escampa un poco voy por el pan.
La única salida ha sido de unos kilómetros a la Capela da Guadalupe.
Es pequeñita pero en un enclave que emociona.
La fuente a sus pies de aguas procedentes de manantiales de la Sierra de Barbanza.
La Virgen de Guadalupe vista a ojo de águila al estar todo a oscuras.
El alto cruceiro da notoriedad a este emblemático lugar. SALUD.
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