Recogimos esta hembra bodeguera muy enferma con quince años de edad. Procedía del campo de un hombre que padecía el síndrome de Noé (más de cien perros en lamentables condiciones). Celia le ha proporcionado dos años más de una calidad de vida que nunca pudo soñar. La echaremos de menos por su carácter (de ahí el apodo de "cocodrila" con sus dentelladas amenazantes), por sus saltos espectaculares y su manera tan graciosa de "hacer la cama". SALUD.
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