miércoles, 7 de octubre de 2015
WESTERN EXISTENCIALISTA EN EL ATLAS ARGELINO
Primera obra que veo de David Oelhoffen, basada en el libro de Albert Camus,"El invitado". Hablar de Albert Camus es decir EXISTENCIALISMO con mayúsculas. No hay puntada sin hilo en sus reflexivos textos. Por lo tanto, su compatriota Oelhoffen, extrema con cuidado el poder de la palabra del escritor.
"Lejos de los hombres" es una película en la que uno termina agotado, cansado de tanto andar y andar. Porque la caminata es una metáfora de la vida misma. Como diría Heráclito :"Camino arriba, camino abajo, uno y el mismo. Indiferente es principio y fin en el contorno de un círculo" (el desierto, en este caso).
Resulta asfixiante el vacío inmenso de tanto paisaje desolado, tanto ruido de piedras y chinos, de suela gastada. Creo que transfiere el cansancio de la condición humana, del absurdo de muchas cosas, del empecinamiento en la violencia. "En aquel desierto nadie era nada, ni él ni su huésped. Y sin embargo, Daru sabía que ni el uno ni el otro hubieran podido vivir de verdad fuera de aquel desierto", escribía Camus en 1951.
En plena guerra de la independencia de Argelia, a un maestro francés - pero nacido en un pequeño pueblo argelino -, Daru (extraordinario Viggo Mortensen ), le responsabilizan de entregar un reo ( por haber matado a su primo al robar el trigo de la familia ), Mohamed (Reda Kateb), en otra población distante a dos días andando. La caminata supondrá el conocimiento y la amistad entre los dos polos de una guerra casi fraticida. Daru intentará mantenerse neutral en un conflicto que no respetará valores y experiencias compartidas ("Para mí eres como un hermano pero no dudaré en matarte, le dice un ex-combatiente de la II Guerra Mundial a su antiguo comandante Daru). Más que un riesgo, será una imposibilidad metafísica.
Aspectos inolvidables de la película:
1. La maravillosa fotografía de Guillaume Deffontaines donde la luz, la lluvia, el viento y la noche conviven con un paisaje pedregoso y árido, mitificando el africano Atlas.
2. La escuela en un paraje inédito y la agradable convivencia entre maestro y alumnos, desde el cariñoso "buenos días" hasta el partidillo de fútbol ( deporte preferido de Albert Camus y del que decía aprendió más de ética que en los tratados filosóficos ) del recreo. Como entrenador de fútbol sala suscribo su afirmación.
3. Los planos lejadísimos que minimizan a los dos caminantes ante la propia naturaleza. La presencia del hombre ningunea la grandiosa belleza natural.
4. La banda sonora de Warren Ellis y Nick Cave plenamente integrada a los momentos vividos entre los dos protagonistas y el inmenso Atlas.
5. La escena de la casa sin techo ante una lluvia incesante, de un humor compasivo y amistoso.
6. La solidaridad de Daru con Mohamed cuando le dice que nunca ha estado con una mujer y lo lleva al prostíbulo. Simpática la presencia de Ángela Molina como "dama retirada".
7. El reproche de Daru a los propios militares franceses por matar a sangre fría a dos milicianos que se habían rendido y estaban indefensos. "La orden es eliminación, ningún prisionero" le contestará el sargento.
8. La entrega de la moneda árabe de Mohamed a Daru deseándole suerte. Simboliza la unión de la parte árabe y la parte francesa, frente la ceguera de los intereses políticos y militares que sólo traen miseria, muerte y destrucción..
9. Las charlas en la cueva de muchos de los milicianos argelinos. Se confirma la reflexión de Hui-chi cuando digo aquello: "desde el pasado sin comienzo, habéis vuelto la espalda a vuestra luz, lanzándoos dentro de la oscuridad". No saldrán vivos.
10. La decisión final en el cruce de caminos entre la ciudad que ha de juzgarlo (la muerte segura en cumplimiento de un destino tradicional) y el desierto (la libertad de una vida nueva pero sin vuelta atrás).
Mi consejo es que vayan a verla, antes de que desaparezca de la cartelera, ya que dudo llegue a Sanlúcar. Es magnífica. SALUD.
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