jueves, 25 de junio de 2015
Lectura Recomendada: "La edad de la duda" de Andrea Camilleri
Decimoséptima aventura de nuestro querido Montalbano - veánse en este blog "La forma del agua", "El perro de terracota", "El ladrón de meriendas", "La voz del violín", "Un mes con Montalbano", "La Nochevieja de Montalbano", "La excursión a Tindari" , "El olor de la noche", "El miedo de Montalbano" ,"Un giro decisivo", "El primer caso de Montalbano" , "La luna de papel", "Ardores de agosto" y "Las alas de la esfinge", "La pista de arena" y "El campo del alfarero".
El Vanna y el As de corazones son los veleros que protagonizan toda la novela. Conformarán el espacio físico en el que morirán asesinados dos hombres: un falso Émile Lannec - que aparece muerto desnudo en una zodiac, con la cara destrozada aunque la autopsia desvelará envenenamiento - y Chaikri - agente infiltrado que termina siendo descubierto -. Entre medias, un informe llamado "Proceso de Kimberly", que destapa las redes internacionales sobre el tráfico ilegal de diamantes en el mundo. Todo el personal esconde algo y la policía de varios países están vigilándolos.
Personajes importantes de la obra:
* la bellísima y enamorada teniente Belladona, Laura, para los amigos. Tendrá una intensa y triste relación con nuestro comisario. "La realidad no sólo se correspondía con su apellido, sino que lo superaba. Era guapísima. por un instante, Montalbano se quedó sin respiración. Un palmo más alta que él, morena, grandes ojos brillantes, labios rojos sin necesidad de carmín y, sobre todo, simpatiquísima" -pág. 43-. Salvo termina enamorado hasta las cachas. "En general, la poesía lo ayudaba a pasar los momentos sombríos. Esta vez, en cambio, hurgó en su herida. El poeta se comparaba con un perro que persigue la sombra de una mariposa; como el perro, tendrá que conformarse con la sombra de una muchacha de la que está enamorado. Porque sabía, desconsolada tristeza, que era prudencia humana. Pero ¿era correcto, era honrado ser prudente ante la riqueza del amor?"-pág. 86-.
* Vanna Digiulio (una joven de treinta años, con gafas de culo de botella, "y la pobre era un rato fea -pág. 15-) quien realmente es Roberta Rollo, comisaria dependiente de la ONU.
* Livia Acciai (livornesa, cincuenta y dos años recién cumplidos, aunque no los aparenta en absoluto. De joven, según ella, era modelo, mientras que según Maurilio Álvarez era puta). "No es una mujer, es una picadora de carne eléctrica permanentemente enchufada"-pág. 146- en palabras de Mimì.
* el capitán Sperlì (hombre de unos cincuenta años, enjuto y quemado por el sol, con perilla y pasado intrigante).
* Maurilio Álvarez, mecánico, sabedor de todos los trapos sucios de los tripulantes.
Vemos a un Montalbano cada vez más preocupado por cuestiones sociales como el drama de los inmigrantes que llenan las costas italianas, mostrándose muy crítico con la ley Cozzi-Pini, claramente antiinmigrantes:
"Para realizar ese viaje se deshacían de sus pertenencias, lo vendían todo, alma y cuerpo, para así pagar por adelantado a los negreros que comerciaban con carne humana y que no vacilaban en dejarlos morir, echándolos al agua a la menor señal de peligro. Y a los supervivientes que conseguían tocar tierra, ¡ menudo recibimiento les dispensaban en el país ! Los metían en centros de acogida; así llamaban, cuando en muchos casos eran auténticos campos de concentración" -pág. 22-.
"Ante una escena semejante, conseguía soportar la visión de esos ojos, desorbitados por el miedo vivido y por la incertidumbre de su futuro, conseguía soportar la visión de los cuerpos macilentos que no se tenían en pie, las manos temblorosas, las lágrimas mudas, las caras de los niños que se convertían en caras de viejos en un momento...Lo que no conseguía soportar era el olor. Aunque quizá no había olor, quizá era cosa de su imaginación. En cualquier caso, fuera o no fantasía, él lo percibía; lo dejaba paralizado, le traspasaba el corazón.
No era un olor nacido de la falta de limpieza, no; era algo completamente distinto. De su piel emanaba el olor fuerte y antiguo, pero presente, de la desesperación, la resignación, las desgracias padecidas, los abusos sufridos, las agresiones consentidas agachando la cabeza.
Eran, efectivamente,los dolores del mundo ofendido, como había leído en un libro de Elio Vittorini, los que desprendían ese olor hiriente"-pág. 138-.
Sigue siendo un filósofo de la vida:
* "No cabe duda de que, a fuerza de no tener dudas, siempre acabas encontrándote sin ninguna duda con la mierda hasta el cuello"-pág. 39-.
* "En el amor, la razón se deja a un lado, no se le presta oídos. Si puedes existir, estar presente, obligarte a ver los aspectos negativos de la relación, eso significa que no se trata de verdadero amor. Y descubrió que había obtenido un magnífico resultado: la melancolía, en vez de pasársele, había aumentado hasta transformarse en un estado de ánimo sombrío. El ánimo sombrío del ocaso, como decía Vittorio Alfieri" -pág. 127-.
* "Entonces, lo que siento por ella, ¿qué es? Atracción. Deseo. Vanidad. O quizá la consideras una especie de balsa a la que agarrarte desesperadamente para no morir ahogado en el mar de la vejez" -pág. 174-.
Como se puede comprobar, "La edad de la duda", está centrada en el amor y el paso del tiempo. Termino con la preciosa referencia que hace Andrea Camilleri del "Cancionero" de Petrarca,en la página 175:
"Surca mi nave llena de olvido,
un mar bravío, a medianoche y en invierno,
entre Escila y Caribdis...
no pudo más; se le había hecho un nudo en la garganta". SALUD.
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