domingo, 1 de febrero de 2015
Lectura Recomendada. "El miedo de Montalbano" de Andrea Camilleri
Novena aventura de nuestro querido Montalbano -veánse en este blog "La forma del agua", "El perro de terracota", "El ladrón de meriendas", "La voz del violín", "Un mes con Montalbano", "La Nochevieja de Montalbano", "La excursión a Tindari" y "El olor de la noche" -.
Obra menor, compuesta por seis historias, de diversa extensión y enjundia. Quizás la mejor sea "El cuarto secreto", donde se investigarán seis muertes causadas por la absoluta falta de respeto por parte de los propietarios de las empresas constructoras, de las más elementales normas de seguridad. "Esos empresarios son asesinos que, sin embargo, no pueden ser acusados de ningún delito"-pág. 113-.
A lo largo y ancho de todo el recorrido, de las seis historias, nos encontraremos personajes imborrables, a saber:
* el vagabundo Farola -porque es muy alto y extremadamente delgado- quien salva la vida de una niña aplicándole un efectivo torniquete;
* la joven Grazia Giangrasso que sin saber leer y escribir, dará muestra de su inteligencia;
* Dindò, un adolescente con la mente de un niño;
* Angelo Peluso, vigilante implicado en varias caídas de obreros, pedófilo sometido a chantaje;
* Ernesto Lapis, clásico mal compañero de colegio, de los que te llevan por el mal camino;
* Stefania, la amiga del alma de Livia, quien sabía hablar en el momento oportuno y decía cosas inteligentes;
* Matteo Castellini, novio de Stefania, ingeniero que pertenecía a la categoría de personas que disfrutan chapoteando en todo lo que empieza por "psi": psicología, psicoanálisis, psiquiatría;
* Pashko Puka ("ahora sabía que el albanés no era albanés, que no se llamaba en absoluto Pashko Puka y que era un representante de la ley, tal vez de la Digos, la Dirección de Investigaciones Generales y Operaciones Especiales, o quizá de la Brigada Antimafia, infiltrado bajo el disfraz de albañil. Tenía que descubrir y, en su lugar, había sido descubierto. Y lo habían matado";
* Alfonso Aricò, nacido cuarenta años atrás en Vigata, era una persona de muy mala fama que se dedicaba a los juegos de azar;
* Ciccina Adorno, una especie de superordenador viviente ("A los monjes y a los curas, óyeles la misa y rómpeles el espinazo. ¡ Ah, la olvidada sabiduría popular!"- pág. 282-);
* el comandante Verruso de carabineros ("padezco un cáncer que está devorándome vivo. Estoy solo, mi mujer murió hace tres años. No tuvimos hijos. La única razón de mi existencia es lo que hago, enviar a la cárcel a quienes se lo merecen"-pág.150-). Montalbano mostrará admiración y respeto por su serena valentía, por su tranquila determinación.
Entre otros aspectos y reflexiones de Montalbano, destacaría:
* "Pero Montalbano estaba mal hecho, tenía un defecto: cuando empezaba a leer algo, cualquier cosa que fuera, un artículo, un ensayo o una novela, era absolutamente incapaz de dejarlo a medias. Tenía que seguir hasta el final" (pág. 23). Aparecerán mencionados los siguientes libros: "Un día tras otro" de Carlo Lucarelli, "Herido de muerte" de La Capria, "El corazón delas tinieblas" de Conrad;
* el pareado heredado por su padre de "empecemos con renovada promesa de fe esta solemne tomadura por el rulé", nada más levantarse. La solemne tomadura por culo a que se refería su padre era la vida propiamente dicha, la vida cotidiana;
* "Pero la historia de nosotros los pobres no la hacemos nosotros, la hacen los que escriben en los periódicos"(pág. 72) ;
*"No se puede estar con una mujer, al día siguiente de haber matado a un hombre. Es cierto que eso ocurre, pero sólo en las películas americanas"-pág. 203-;
* Otra de sus manías era la de cambiarse necesariamente cada día los calcetines, los calzoncillos y la camisa; si no, se sentía perdido y enfermo y tenía la sensación de que la piel se le volvía pegajosa y rezumaba grasa;
* compra un retrato de mujer del artista Bruno Caruso (pág. 189);
* Él era un hombre de mar, estaba hecho así, él no tenía la culpa. En cuanto superaba los quinientos metros de altitud se ponía de mal humor y era capaz de pelearse a la primera de cambio, a veces hasta lo asaltaban unos arrebatos de melancolía que lo volvían más taciturno y solitario de lo que era de por sí"(pág. 222).
* "Era cierto, Livia tenía razón. Tenía miedo, temía hundirse en los abismos del alma humana, como decía el imbécil de Matteo Castellini. Tenía miedo porque sabía muy bien que una vez alcanzado el fondo de cualquiera de aquellos precipicios, encontraría inevitablemente un espejo que reflejaría su rostro"(pág. 222);
* " Y, de esa manera, se acaba deseando la muerte, porque ésta es el vacío absoluto, la nada, libre de la condena, de la persecución de la memoria" (pág. 277).
En este libro, y en contra de otros, los placeres culinarios sólo aparecerán en contadas ocasiones:
* la pasta con pesto a la trapanesa;
* el risotto de mariscos; y ,
* los cannoli, típicosdulces sicilianos rellenos de requesón azucarado y fruta confitada.
En resumidas cuentas, y a la espera de otra obra mayor, lectura entretenida pero con ganas de algo más profundo. SALUD.
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