martes, 3 de febrero de 2015
Belfast sangriento (la locura del fanatismo en el ser humano)
El director Yann Demange nos retrotrae al año 1971 cuando en la ciudad de Belfast - Irlanda del Norte - el fanatismo político-nacional-religioso campeaba a sus anchas. Y lo hacía a costa de innumerables vidas humanas de ambos lados -ingleses e irlandeses, católicos y protestantes, nacionalistas y unionistas-. Soldados británicos son enviados a la capital norirlandesa en vez de Alemania - su destino original - para tratar de apaciguar las ansias de guerra y revolución que existen entre los protestantes y la facción católica republicana. Uno de los soldados, Gary Hook - convincente Jack O´Connell - queda abandonado en territorio enemigo durante una emboscada del IRA - y junto a su compañero muerto de un tiro en la cara -. Será perseguido a muerte por diestro y siniestro, convirtiendo cada segundo de la película, en una huída hacia la supervivencia. El miedo y la angustia se traslada al espectador porque no se sabe en qué instante morirá el protagonista.
El ritmo es trepidante, no da lugar al descanso, la caza al hombre es el leitmotiv de esa horda inhumana en su radicalismo.
La ambientación, llena de claroscuros, irrespirable, con una fotografía - espectacular Tat Radcliffe - subyugante. Si los nacionalismos, las religiones y las ideologías políticas van a llevar a esto, mejor hacerse anacoreta. ¡ Cuánto odio visceral, irracional, asesino ! Sólo las gotas de humanidad de ciertas personas- siempre existen personas solidarias que dan algo de luz a la oscuridad de la barbarie - pueden dar sentido a la dignidad del ser humano. Y los niños Billy y Sean, serán un claro ejemplo de que los niños sufrirán en sus carnes, los fanatismos de sus mayores. Sólo la paz es el camino, como diría Gandhi.
Escenas brillantes:
* el recibimiento con bolsas de orina a los soldados británicos antes de desencadenarse los tristes acontecimientos;
* la persecución - cámara al hombro prodigiosa - durante diez minutos del soldado a través de callejones laberínticos en Belfast;
* la indecisión del chaval del IRA para ejecutar a Gary Hook desarmado y de rodillas;
* la curación del enfermero y su hija del soldado, en su propia casa, a costa de su seguridad;
* el chavalín con una personalidad desbordante que muere en el pub durante la explosión de la bomba casera;
* el abrazo del reencuentro del soldado con su hermano que te lleva a pensar en por qué hacemos tan difícil la vida cuando todo lo que necesitamos se resume en un fraternal abrazo;
* el trapicheo entre los respectivos servicios secretos y los agentes dobles jugando con las vidas humanas como si fueran las piezas de un tablero de ajedrez;
* todos esos planos oscuros y lúgubres de bares y pisos urbanos a ritmo de la melodía - percusiones y guitarreo - de David Holmes.
Termino: buena película para ver y no olvidar jamás la lección histórica de que el odio no conduce a nada más que a la destrucción de toda la humanidad. SALUD.
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