viernes, 22 de agosto de 2014

Lectura Recomendada: "Muerte entre líneas" de Donna Leon

Última aventura del comisario Guido Brunetti, vigésimo tercera de la colección, a saber:

Muerte en la Fenice (1992)
Muerte en un país extraño (1993)
Vestido para la muerte (1994)
Muerte y juicio (1995)
Acqua alta (1996)
Mientras dormían (1997)
Nobleza obliga (1997)
El peor remedio (1999)
Amigos en las altas esferas (2000)
Un mar de problemas (2001)
Malas artes (2002)
Justicia uniforme (2003)
Pruebas falsas (2004)
Piedras ensangrentadas (2005)
Veneno de cristal (2006)
Líbranos del bien (2007)
La chica de sus sueños (2008)
La otra cara de la verdad (2009)
Cuestión de fe (2010)
En este blog:
"Testamento mortal" (2011)
"La palabra se hizo carne" (2012)
"El huevo de oro" (2013)

La acción se centrará en el mundo sombrío - pero real como la vida misma - del mercado negro de libros antiguos y de sus láminas "arrancadas". Negocio que mueve millones de euros, destrozando el patrimonio cultural de la Humanidad, sin piedad, con alevosía.
A Brunetti ,"esos libros siempre le provocaban nostalgia por los siglos en los que no había vivido". "Todo ese esfuerzo para dejar constancia y recordar quiénes somos y qué pensamos"(pág. 23).
El principal sospechoso será un falso Joseph Nickerson, de la Universidad de Kansas y con pasaporte estadounidense. Todos los indicios apuntan a este personaje en "busca y captura".
Pero el verdadero protagonista no es otro que Aldo Franchini, ex sacerdote, apodado "Tertuliano", ávido lector de literatura cristiana antigua. Doctor Jekyll y Mister Hyde. Toda su vida parece una gran mentira. No era un hombre pío en busca de la verdad en la religión, sino un mentiroso, un ladrón, un farsante y un chantajista. "Todo era fingido: su vocación eclesiástica, lo de ser un buen hijo, ser buen hermano"."Lo único cierto era su amor por el latín. Le gustaba de veras, igual que todo lo que estaba escrito en esa lengua"(pág. 188). Terminará asesinado a  patadas, cumpliendo el designio de su admirado Tertuliano:"El placer de los que te hacen daño reside en tu dolor".
Tendrán su importancia otros personajes como: la  dottoressa Patrizia Fabbiani (bibliotecaria jefe de Merula); la condesa Morosini-Albani (generosa mecenas de libros antiguos y de incalculable valor "Odiaba con mucho sentido común. Lo que le resultaba aún más admirable era que odiaba de forma muy democrática, dispensando su odio por igual a la Iglesia y al Estado, la izquierda y la derecha. Paola la adoraba y su madre la consideraba su amiga íntima, otra prueba del sentido de la democracia inherente a  las mujeres" - pág. 47-); la mencionada mujer del comisario, Paola ("Brunetti sabía que si el Apocalipsis tuviera lugar mientras Paola estaba leyendo el párrafo de "Retrato de una dama" en el que Isabel Archer se percata de la traición de Madame Merle, por mucho que lo hubiese leído ya mil veces, no se daría ni cuenta" - pág. 65 -); el forense patólogo, Rizzardi ("le había dicho en una ocasión que no creía en otra vida, no después de lo que había visto en esta" -pág. 176-); la signorina Elettra ("Los tres trataban a la signorina Elettra con el más absoluto respeto: Patta a causa de lo que probablemente él mismo no identificaba como miedo, Brunnetti por pura admiración y Scarpa por un mezcla de aversión y miedo no reconocido"-pág. 252-); y, no menciono al asesino para que leáis la obra.

Aspectos a destacar:
* la crítica a los numerosos cruceros que se están cargando Venecia ("Y tenían que creerse él y el resto de los ciudadanos a los que la administración tomaba por imbéciles, que los cruceros no hacían daño a la estructura de la ciudad"- pág. 21 -);
* el veneno de la usura permitida en pleno siglo XXI ("En Venecia había más que un puñado de usureros. Pon tu casa como garantía y te damos lo que quieras.¿El oro de tu madre?¿El seguro de vida de tu padre?¿Los muebles? Todo son facilidades. Firma aquí y te daremos el dinero  que necesites. A cambio de tan solo el diez por ciento de interés. Cada mes. Todo lo que hacían era pura indecencia, pero no se podía hacer nada para imperdírselo" -pág. 277-);
* la corrupción política ("Haz la leyes para tus amigos, pero impónselas a tus enemigos"-pág. 109-);
* la estupidez humana ("Brunetti llevaba mucho tiempo convencido de que una de las desventajas de la estupidez era su incapacidad de comprender lo que era la inteligencia -pág. 282-);
* la importancia de un buen estado de ánimo ("Tal como le ocurría desde niño, especialmente hacia el final del período de hibernación emocional, sintió una oleada de buena voluntad hacia todo en general, hacia todos y todo lo que lo rodeaba" -pág. 88-).

P.D. Termino con otra de Tertuliano más admisible ("Nihil non ratione tractari intellegique voluit") que en esta obra cumple su razón de ser. SALUD.






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